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Su arquitectura
popular se compone de tres y cuatro plantas, en la más alta
destacan las solanas en las que se secan frutos o se aprovecha
el sol del invierno. Algunas viviendas tienen dos accesos al
estar construidas en ladera, y la parte más baja se destina a
cuadras
e incluso a bodega, y por el acceso superior se llaga a la
vivienda. En otros casos aparecen las construcciones del
ladrillo con su clásica galería aragonesa o de arcos en su
planta superior.
Los materiales empleados en la construcción son la piedra
utilizada en mampostería y la tierra en forma de adobe o de
tapial. La mayor parte de las viviendas están revocadas con
yeso, lo que le da al pueblo un color característico, con sus
tejados rojos en ladera.
En el pueblo hay varias plazuelas y espacios públicos y entre
ellas destaca la plaza Mayor.
Un edificio interesante es el llamado Palacio de Los Baroja,
construcción en mampostería y ladrillo que parece construcción
del siglo XVI, y se sitúa en el Barrio más antiguo de la
villa.
Dentro del pueblo se halla la Ermita de San Blas, en la zona que
la tradición atribuye la localización del barrio judío, y se
dice que esa ermita en el pasado fue la Sinagoga. El edificio es
de mampostería y su ábside semicircular parece de traza románica.
En el pasado esta Ermita estuvo dedicada a San Gil, pero en el
siglo pasado se entronizó una imagen de San Blas y su devoción
ha ido en aumento postergando a San Gil, que queda representado
en un retablo pintado del siglo XVI. En sus alrededores han
aparecido varios enterramientos.
Otra ermita dentro del pueblo es la de Santa Catalina, que es
una nave construida en mampostería. También en el pueblo está
la ermita de la Piedad que está sobre un arco rebajado de lo
que pudo ser un paño de muralla. La tradición recuerda una
ermita dedicada al Santo Cristo del Humilladero hoy
desaparecida.
En el pasado el pueblo estuvo amurallado y todavía se recuerdan
los nombres de las puertas de la muralla, como la del Ortigal,
de la Villa o de la Manteca.
Todo el conjunto de calles y callejuelas perfectamente
empedradas tiene una entrañable belleza, y además hay
interesantes construcciones blasonadas como la de los Ramírez
de
Baroja con escudo de alabastro.
Sobre el pueblo destaca la figura del Castillo rodeado de pinos
y con un bello paseo a su alrededor. El edificio es rectangular
y construido en sillería probablemente levantado sobre otro
anterior. El actual parece edificado en el siglo XIV.
La construcción tiene cuatro torres en sus extremos, tres cilíndricas
y una rectangular, y en su interior no hay edificación ya que
en el siglo pasado a sus inicios se vació para convertirlo en
cementerio.
Cercano al castillo se encuentra el templo parroquial dedicado a
San Pedro. Es un edificio construido en sillería, con algunas
partes levantadas en ladrillo.
La construcción se realizó a partir del siglo XV, aunque su
mayor parte es del siglo siguiente. Es de una sola nave con coro
a los pies y acceso por el sur. Como un anexo al templo al norte
está la capilla de la Virgen de la Soledad que es la patrona de
Cornago. La torre es cuadrangular y se levantó en el siglo
XVII.
En su interior hay un retablo mayor de estilo barroco con
recargadas columnas salomónicas, construido a comienzos del
siglo XVIII.
El conjunto del templo y el castillo junto con el entorno y
paseo es un lugar muy agradable desde el cual se divisa una
interesante vista de toda la comarca.
En la jurisdicción destacan los restos de ermitas que se
reflejan en la toponimia, como la de San Roque, San Martín, San
Hilario o San Sebastián.
En Cornago quedan otros restos de edificios de gran interés, en
la ladera del castillo en las Eras del Prado se encuentran las
ruinas de la Nevera. Es un edificio que fue construido por
"los moros" y que servía para almacenar la nieve en
invierno y poderla utilizar en época estival con fines terapéuticos
"para bajar las fiebres" o para conservar alimentos o
beber las bebidas frías moda ésta que vino de Francia a partir
del siglo XVII. En invierno se almacenaba la nieve y se
aplastaba y con este procedimiento se mantenía todo el año.
En La Rioja son abundantes las neveras, como la de Soto en
Cameros, Cervera del Río Alhama, Leza de Río Leza, Trevijano,
etc. También hay muchos montes que reciben ese nombre y es muy
posible que se utilizaran para recoger la nieve con la que se
surtía en época estival a las zonas urbanas.
Otro resto arquitectónico de interés son las ruinas del
Convento de San Francisco de Nuestra Señora de Gracia de
Campolapuente. Fue fundado en el siglo XV sobre otro
establecimiento anterior, y fue regido por la Orden de los
Franciscanos. En el siglo XIX se produjo la expropiación y el
convento se abandonó.
Hoy sólo quedan los restos en ruinas y las historias de los
monjes como la que cuenta que las ovejas chamaritas de lana
negra fueron traídas por estos monjes para tener lana para
hilar sus hábitos franciscanos.
El conjunto arquitectónico de Cornago es una perfecta armonía
entre la arquitectura popular y las muestras de arquitectura
culta situadas en todo el pueblo y sobre todo en su parte más
alta.
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