EL MONTE URGULL (GUIPÚZCOA)


La caminata por el Paseo Nuevo, rodeando el monte Urgull, nos conduce a la desembocadura del río Urumea; pero antes bien podría iniciarse la subida al castillo de la Mota. Hay varios caminos para emprender la ascensión, desde luego. Uno, precisamente, está junto al rompeolas y al pedestal vacío de Elkano. Pero aconsejo rodear completamente el monte y volver a pasar por la calle 31 de Agosto, para alcanzar la iglesia de Santa María y, desde el punto en que se asienta otra famosa sociedad popular, Gaztelubide, iniciar la subida más tradicional de todas. Precisamente el nombre de la sociedad significa Camino del Castillo en euskera. Se sube una pequeña cuesta, se atraviesa uno de los pasadizos de entrada a la fortaleza que mejor se conserva y se encontrará con tres caminos: uno, bajo, el Paseo de los Curas, ya se pueden imaginar porqué fue bautizado así, es delicioso. Se desliza sobre el muelle y el puerto y viene a terminar sobre él. los otros dos ascienden. El de la derecha, a través de escalinatas, rápidamente coloca al visitante en la cima. Es preferible utilizar este camino para bajar. El otro es más cómodo y atractivo. no olvidemos que está prohibido el acceso a vehículos motorizados.

El monte tiene una altura de 120 metros sobre el nivel del mar y, hasta el año 1863, fue una poderosa fortaleza militar que mantuvo varios asedios. Quizás el más celebre y sangriento de todos ellos fuera el de 1813, durante la guerra de la Independencia, lo que provocó la destrucción total de la ciudad, como ya se ha dicho. El Ayuntamiento, que adquirió el monte el año 1921, transformándolo en parque publico, instaló unos paneles informativos en las cinco entradas del Parque-Museo: San Telmo, Santa Teresa, Muelle, Bardocas y Damas. Son muy útiles en todo momento, ya que explican con toda claridad donde se pueden encontrar la Batería de Bardocas, el cementerio de los ingleses, el Baluarte del Mirador, la Muralla del Mar, la del Espanochi, Hornaboque de Santa Clara, Cierre del Oeste, Batería de Santiago, Batería de Napoleón, Castillo de la Mota, Batería del Gobernador y Galería de Tiro.

El visitante podrá leer in situ todo aquello que le interese de la agitada historia de esta fortaleza militar entre los siglos XI y XIX. Y es que la antigüedad del castillo de Santa Cruz de la Mota, que es como históricamente se llamaba, se remonta al siglo XII, cuando el rey Sancho el Mayor de Navarra construyó la primera atalaya de defensa. Voladuras e incendios han hecho que siempre haya estado semiderruido y en reconstrucción. De hecho, las construcciones de la fortaleza que subsisten abarcan desde la primera mitad del siglo XVIII. A Pío Baroja le llamaba la atención la espadaña que se construyó en octubre de 1875, visible todavía desde la ciudad, para colocar una campana que avisaba al vecindario del fuego de cañón del enemigo.

Creo que el rincón más romántico, más interesante, de todo el monte Urgull es el llamado cementerio de los ingleses. Se halla enclavado en la ladera norte, frente al mar, y cualquier día laborable, sin gente, es todo él un lugar de paz, quietud y recogimiento. Entre árboles, pinos y arbustos, se alzan una docena de tumbas. Hay una lapida que dice, tanto en castellano, como en inglés: "Honor a los héroes que sólo Dios conoce. 1804-1814". Más abajo, otra inscripción reza: "Inglaterra nos confió sus gloriosos restos. Nuestra gratitud velará su eterno reposo". Nunca se ha sabido exactamente, cuando empezaron a ser inhumados. De este lugar, la primera noticia escrita viene dada en 1838. Según Manuel Celaya, primero en la lapida figuraba la fecha 1836-1838. Luego se añadió la anteriormente reseñada. Al parecer, aquí están revueltos soldados y oficiales del asalto a la ciudad en 1813 con los de la Legión de Voluntarios de sir Lacy Evans que, durante la I Guerra Carlista, lucharon junto a los "cristinos". Hubo muchas protestas airadas ante esta incongruencia, ya que los ingleses fueron los que destruyeron la ciudad en 1813. De todos modos, la guerra de las lápidas y las fechas acabó en el centenario del desastre, el 31 de agosto de 1963.