URDAIBAI


A35 kilómetros por la BI-631 se encuentra Bermeo, en el tramo vizcaíno de la costa cantábrica, a medio camino entre el estuario de la ría de Mundaka y el cabo Martxitxako.

BERMEO.- Lo mejor en Bermeo es dejar el coche en las inmediaciones de la plaza  conocida como el parque. La iglesia y el claustro del convento de San Francisco, extramuros de la ciudad vieja, son visita obligada. Se trata del conjunto conventual más antiguo de Vizcaya, fundado en 1357. El claustro gótico, cerrado por arquerías apuntadas, es el elemento más valioso del conjunto. En la plaza Sabino Arana hay que visitar el Ayuntamiento, del siglo XVIII, y la iglesia de Santa Maria, con fachada clasicista armada de poderosas columnas y frontón. Cerca de ella se encuentra la torre de Ercilla, casa solar de Alonso de Ercilla, el autor de La Araucana. En su interior se encuentra instalado el Museo del Pescador. Tomando la BI-301 en dirección a Bakio, y tras recorrer apenas 3 kilómetros, es imprescindible acercarse hasta el faro de Matxitxako, tomando el desvío señalizado a la derecha. Un poco más allá, visible desde Matxitxako, se encuentra la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, que es otro punto de visita inexcusable. A Gaztelugatxe se accede a través de la carretera que lleva a Bakio tomando un desvío debidamente señalizado.

MUNDAKA.- Para llegar hasta Mundaka desde Bermeo es preciso tomar la BI-635. Santa Maria, con su torre neogótica y la portada renacentista, se encuentra bien situada en el promontorio que da a la desembocadura de la ría. Al otro extremo de Mundaka, y también asomada al mar, descolla la ermita de Santa Catalina. El pequeño casco urbano de Mundaka, caracterizado por sus calles estrechas, algunas de ellas unidas mediante pasadizos, combina la presencia de casonas, blasonadas y viviendas de pescadores. Hay que acercarse hasta el Ayuntamiento y visitar su interior magníficamente decorado. La ría estuario de Urdaibai y su entorno, declarado Parque Natural y Reserva de la Biosfera, es uno de los atractivos centrales de la ruta. La mejor forma de visitar este paraje natural es en canoa y en compañía de guías que expliquen las características y los pequeños secretos del lugar.

GERNIKA-LUMO.-  Unos 12 kilómetros de carretera por la BI-635 separan Mundaka de Gernika-Lumo por la margen izquierda de la ría de Urdaibai. Sukarrieta, Busturia y Murueta son localidades que se van pasando para llegar hasta esta villa que, un mal día, fue arrasada por la legión Cóndor, y que inmortalizara Picasso. El bombardeo ha dejado importantes secuelas urbanas que se advierten en la reconstrucción del centro de la villa a partir de severos edificios, calles porticadas y plazas cuadrangulares. Pero el verdadero centro de Gernika-Lumo está a un costado de la villa, a la sombra del roble que simboliza las libertades forales vascas. Roble retoñado, ya que el viejo se custodia bajo un templete situado a escasos metros. Al lado de la Casa de Juntas, en el parque Europa, se alzan sendas esculturas de Eduardo Chillida y Henry Moore. Un poco más allá, y sobre la misma calle, se encuentra el palacio barroco de Alegría, que alberga el Museo de Euskal Herria y, a continuación, el vasto templo gótico-renacentista de Santa Maria, que también se salvó del bombardeo.

OMA Y SANTIMAMIÑE.-  La margen derecha del Urdaibai, tomando la carretera que va hacia Lekeitio, la BI-638, ofrece un buen numero de puntos de interés. Antes de entrar en Kortezubi, un indicador señala el camino hacia Oma y las cuevas de Santimamiñe. Las cuevas de Santimamiñe son las más celebres de las cavidades rocosas que se abren en el macizo calcáreo de Ereñozar. La importancia de estas cuevas, descubiertas en 1916, reside en la llamada cámara de pinturas, actualmente cerrada para garantizar su conservación, con representación de caballos y bisontes correspondientes a la cultura magdaleniense. Desde el bar Lezika, junto a Santimamiñe, dos caminos conducen a Oma, uno por abajo y otro por arriba. Conviene dejar el automóvil en el aparcamiento del bar y caminar hasta Oma. La ruta más recomendable es la que discurre por arriba, siendo difícil que el trayecto baje de la hora larga. Con todo, la excursión es perfectamente recomendable para conocer el bosque animado que ha creado Agustín Ibarrola. En el vecino Gautegiz/Arteaga, sobre la BI-638 y tomando la calle que sale a la derecha junto al Sagrado Corazón, que se asoma a la carretera, está la iglesia de Santa Maria, con dos portadas, una pequeña, románica, al sur del templo, bajo el amplio pórtico y otra clasicista. Frente al monumento del Sagrado Corazón sale una calle que conduce a la torre de Arteaga.

IBARRANGELU Y ELANTXOBE.-  Para llegar hasta Ibarrangelu y Elantxobe merece la pena escoger la BI-3234, que discurre por la margen derecha del estuario. En este tramo de la ría se abren diversos miradores desde los que contemplar las marismas del Urdaibai. Abajo esta la playa de Laida, cambiante al ritmo de las mareas. Una excursión posible es la que parte a 50 metros del restaurante Kanala, a través de uno de los mejores parajes de encinar cantábrico, hasta la ermita de San Pedro. Retomando el camino, y ya sobre la costa, la playa de Laga, abierta al Cantábrico y abrigada por el cabo Ogoño, es otra parada obligada. Ibarrangelu atesora en el interior de la iglesia de San Andrés uno de los artesonados policromados más singulares de la península, y algunos afirman que incluso de Europa. A unos 2 kilómetros de Ibarrangelu por la BI-3237 se encuentra Elantxobe, punto final de la ruta.