LUGARES DE INTERÉS EN SAN SEBASTIÁN 2


ISLA DE SANTA CLARA

Ahora es el momento oportuno para hablar de la bonita excursión que se puede realizar a la isla de Santa Clara, en embarcaciones que salen precisamente del malecón, frente al monumento a Mari. Existe también la posibilidad de montar, en temporada veraniega, en el yate Ciudad de San Sebastián, con su recorrido de veinte minutos y funcionando incansablemente desde 1963. Quienes se mareen o tengan aprensión, pueden ir tranquilamente a la isla de Santa Clara, merece la pena, porque las aguas dentro de la bahía son tranquilas y resguardadas, gracias, precisamente, a la isla. Y, desde 1957, no se ha registrado ningún accidente. Aquel año, a la caída de la tarde del 19 de agosto, el Azor, el barco de Franco, que estaba de veraneo, abordó accidentalmente a una de estas embarcaciones, al parecer no llevaba luz alguna, ahogándose cinco de sus ocupantes. Todos los demás se salvaron. Pero el Azor ya no atraca en esta bahía. También se salvó la isla de Santa Clara del proyecto del marqués de Iranda, que, en 1773, se empeñó en convertir la bahía de La Concha en un gran puerto, comenzando las obras para unir con una escollera lo que ahora es la zona del Peine de los Vientos y la isla. Durante la bajamar se aprecia, algunas veces, los restos de la escollera. ¡Que locuras!.

La isla poco tiene que ver. Hubo, al parecer, un santuario o ermita bajo la advocación de Santa Clara, pero ahora lo único que existe es la torre del farero. Tras la opcional excursión a la isla de Santa Clara, volvemos y siguiendo el muelle adelante, pronto llegaremos al Museo Naval, instalado en la lonja del Consulado de San Sebastián, edificio del siglo XVIII. Fue inaugurado en 1991 y se distribuye en tres plantas, de las que las dos primeras se dedican a la exposición permanente del museo. Cuenta, además, con una sala polivalente, biblioteca y videoteca. Cerca del Museo Naval nos toparemos con unas escalinatas que conducen, en primer lugar, al Palacio del Mar, pomposo nombre, poco utilizado, porque todo el mundo le llama el Aquarium. Antes de ascender las escaleras que conducen al Paseo Nuevo y que, afortunadamente, son las que interrumpen toda circulación rodada, es aconsejable echar un vistazo a este interesante museo oceanográfico, fundado precisamente por la Sociedad de Oceanografía de Guipúzcoa en 1928. Alberga tres secciones: el acuario, el museo Oceanográfico y el museo naval. A todos llama la atención, enseguida, la osamenta de la "ballena euskera", capturada entre Guetaria y Zarautz, y cuyo merito todavía divide a los dos pueblos que nunca terminan de ponerse de acuerdo sobre quien la vio primero y quien la mató.

Es muy interesante la exhibición de la fauna marina del litoral vasco. En la actualidad se esta en pleno proceso de ampliación del museo, mediante la excavación de los terrenos aledaños que van desde la base de Urgull al Paseo Nuevo. De todas maneras, desde la terraza del Aquarium se goza de una preciosa panorámica de la bahía y es un observatorio disputadísimo cuando se celebran las regatas de traineras.