NAVALCARNERO, LUGAR DE INTERÉS TURÍSTICO 2


PLAZA DE SEGOVIA

La plaza de Segovia es un punto de partida para iniciar cualquier recorrido por las calles de Navalcarnero, pues para los vecinos es el corazón del municipio. La denominación es un reconocimiento a sus orígenes, ya que un día esta villa y su ejido pertenecieron al Sexmo de la ciudad de Segovia.

Situarse en la Plaza es remontarse al periodo 1579-1617, el tiempo que tarda en configurarse y, por eso, no extrañará a muchos las similitudes con otras localidades de la Meseta, ya que su estilo responde a la arquitectura tradicional castellana. Es de forma irregular, espaciosa y guarda una estructura porticada en tres de sus cuatro lados, todavía hoy se pueden apreciar restos arquitectónicos de importancia en algunas de sus viviendas.. Pero lo pintoresco de este espacio son sus fachadas, cuyos colores y elementos figurativos intentan ser fieles a su forma original, siguiendo unas tendencias que abogaban por una mayor libertad en el empleo de color y de material.

Uno de los emblemas de la plaza de Segovia es, sin duda, el Ayuntamiento, construido probablemente al mismo tiempo que la Plaza de Segovia (1579-1617). En su balconada principal se muestran labrados en piedra El Escudo de Navalcarnero (obra del escultor Feliciano Hernández) y el Acta de Fundación de la Villa que inmortaliza uno de los acontecimientos históricos más significativos del municipio. La Plaza de Segovia puede exhibir con orgullo sus reconocimientos a los visitantes, no en vano ha sido galardonada con el Premio Europa Nostra 2001 por la gran labor de rehabilitación arquitectónica y cultural. Y además está declarada, junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico desde diciembre de 2000.

PLAZA DE LA VERACRUZ

Sin abandonar el centro neurálgico de Navalcarnero ya se adivina el conjunto de la Iglesia Parroquial, situado en la Plaza de la Veracruz. Esta pequeña plaza toma su nombre de la Ermita de la Veracruz, que perteneció a la cofradía del mismo nombre, y  cuyo primitivo templo se construye a partir de 1611 en unos terrenos cedidos por el municipio. En ella se veneraron las esculturas de las procesiones de Jueves Santo y Viernes Santo, como la que se conserva en la actualidad del Cristo yacente (hoy albergada en la iglesia parroquial). La ermita se renueva en las primeras décadas del siglo XVIII, trazándose un nuevo retablo y realizándose la decoración de la cabecera con pinturas murales. En este rincón también se ubica el Monumento a Jesús Casas Gómez, pintor e hijo predilecto de Navalcarnero. La obra es del escultor Faustino Sanz Herranz.