LUGARES DE INTERÉS DEL MADRID ANTIGUO  2


PLAZA DE ORIENTE.- Durante el reinado de José Bonaparte mandó despejar de casas viejas la zona oriental del palacio Real, abriendo una plaza desde la que se contempla una espléndida panorámica del edificio. Reyes, reinas y dictadores se han dirigido al pueblo desde el balcón central del palacio. Las estatuas de los reyes godos que adornan la plaza se proyectaron como decoración del alero del palacio, pero no se utilizaron para este fin por su excesivo peso. La estatua ecuestre de Felipe IV que preside la plaza es obra de Pietro Tacca y sirvió de modelo para diversos bocetos de Velásquez. Frente al palacio, al otro lado de la plaza, se levanta el edificio del teatro Real, inaugurado en 1850 por Isabel II, que, tras una larga remodelación, ha abierto ya sus puertas como teatro de ópera en el otoño de 1997.

NUESTRA SEÑORA DE LA ALMUDENA.-  En 1883 comenzaron las obras de este templo, terminado hace pocos años. La construcción, en la que intervinieron diversos arquitectos, fue muy lenta y se suspendió durante la guerra civil. El interior es gótico purista y la fachada principal, gris y blanca, se integra en el conjunto del palacio Real, que está frente a ella. En la cripta, neorrománica, se conserva una imagen de la Virgen de la Almudena del siglo XVI. Siguiendo por la calle Mayor, unas excavaciones han puesto de manifiesto restos árabes y tramos de las murallas medievales que rodeaban la ciudad.

CAMPO DEL MORO.-  El Campo del Moro es un parque delicioso que se abre a las orillas del río Manzanares, desde donde se contempla uno de los panoramas más bellos del palacio Real. La historia del parque es larga y compleja. En 1109 acamparon en este lugar las huestes árabes de Ali ben Yusuf; de aquí deriva su nombre. Posteriormente se utilizó este espacio para torneos medievales y fiestas. A finales del siglo XIX acogió los juegos de los infantes y posteriormente se ajardinó al estilo inglés, con sendas que serpentean entre la arboleda y el césped y de decoración a base de fuentes y estatuas. Se abrió al público en 1931 durante la Segunda Republica. Cerrado en época de Franco, no volvió a abrirse hasta 1983. En la parte inferior del parque está situado el museo de Carruajes, donde se exponen sillas de manos y carrozas reales utilizadas en los actos oficiales, en la actualidad el jardín se encuentra cerrado.

MONASTERIO DE LA ENCARNACIÓN.-  Este convento agustino, que se levanta en una plazuela umbría, fue fundado en 1611 por Margarita de Austria, esposa de Felipe III. El arquitecto fue Juan Gómez de Mora, autor también de la plaza Mayor y la fachada revela la sencillez de su estilo. El interior de este convento de monjas conserva el ambiente castellano, con azulejos de Talavera azules y blancos, puertas y vigas de madera y retratos de los mecenas reales. Se guarda en él una colección de arte del siglo XVII, con cuadros de José Ribera y Vicente Carducho. También se exponen esculturas de madera policromada, como el Cristo en la columna, de Gregorio Fernández. Uno de los lugares más importantes es la cámara del relicario, cuya bóveda está pintada al fresco por Carducho; allí se guardan las reliquias de algunos santos. También se conserva en una ampolla la sangre de San Pantaleón, que, según la tradición, se licua todos los años el 27 de julio, aniversario de la muerte del santo. Se dice que el año que no se produce este fenómeno sucede algún desastre. La iglesia destruida por un incendio en 1767, fue reconstruida por el arquitecto neoclásico Ventura Rodríguez y tiene pinturas de Francisco Bayeu (cuñado de Goya) y frescos de Lucas Jordán.

MONASTERIO DE LAS DESCALZAS REALES.- Es el edificio religioso más importante de Madrid. Tiene un exterior austero y apacible de ladrillo rojo y granito. Es uno de los pocos ejemplos de la arquitectura urbana del siglo XVI que se ha conservado. Hacia 1560, la hermana de Felipe II, Juana de Austria, decidió trasformar el palacio gótico que se levantaba en este lugar en un convento de monjas, que acogería a las damas de estirpe real. Dan cuenta de su elevado rango social los legados artísticos y las riquezas que atesoran las Descalzas Reales. La escalera esta decorada con un fresco de Felipe IV y su familia contemplando la escena desde un balcón simulado, y un magnifico techo obra de Claudio Coello y su taller. En el primer piso hay un pequeño claustro, adornado con capillas repletas de obras de arte y objetos preciosos procedentes de los ajuares de las antiguas monjas. En la capilla principal se encuentra la tumba de doña Juana de Austria, con una estatua orante de Pompeyo Leoni. En la gran sala de Tapices se exhiben magníficos trabajos, uno de los cuales fue tejido en Bruselas en 1627 para la hija de Felipe II, Isabel Clara Eugenia. Otro, El triunfo de la Eucaristía, está realizado sobre un cartón de Rubens. Se exponen cuadros de Brueghel el Viejo, Tiziano, Zurbaran y Ribera.

REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES.-  Esta antigua escuela de Bellas Artes, instalada en un edificio del siglo XVIII, obra de Churriguera, contó entre sus antiguos alumnos con nombres tan importantes como Dali y Picasso. Se expone una amplia colección de obras con excelentes dibujos de Rafael y Tiziano, entre otros. En la magnifica selección de maestros antiguos hay obras de Rubens y Van Dyck. Los artistas españoles de los siglos XVI al XIX están especialmente bien representados con obras de Murillo, Ribera, Velásquez y el Greco. Buen ejemplo es el cuadro de Zurbaran, especialista en retratos de frailes, titulado Fray Pedro Machado. Una sal está enteramente dedicada a Goya, que fue director de la academia. Se muestra un retrato de Manuel Godoy, primer ministro de Carlos IV; el Entierro de la sardina; el retrato de la Tirana, y un autorretrato pintado en 1815.