OUTES ( LA CORUÑA )


Ríos, montes y playas realzan al municipio de Outes. Es la tierra del poeta Francisco Añón, precursor del resurgir de la lengua gallega. El municipio de Outes es un enclave idílico para el descanso. Sus paisajes, el entorno costero, las riberas de sus ríos, su gastronomía, los santuarios, su riqueza arqueológica y urbanística y la tranquilidad que inspiran sus aldeas se entremezclan con los sectores productivos del término, que giran en torno al marisqueo, la industria naval y la derivada de la madera, la construcción, sin olvidar el sector agrícola y el colectivo hostelero, que cada vez puja con más intensidad en un afán por favorecer una estancia placentera.

La localización de Outes es privilegiada, tanto por su situación geográfica, que lo separan de la capitalidad de Galicia sólo veinte minutos al concluir las obras viarias previstas, como por la belleza de su territorio, donde se compaginan los abundantes y frondosos bosques de árboles autóctonos y el mar. Los ríos Tines, Donas, Bendimón y Tambre favorecen la presencia de una vegetación exultante, y a la vez posibilitan la practica de deportes, las rutas de senderismo a lo largo de sus cauces y la visita a los numerosos molinos de agua, algunos de ellos restaurados recientemente.

Como cualquier territorio costero que se precie, también en Outes puede disfrutarse de la playa. El enclave arenoso de Broña es el más visitado en verano. Los amantes del sol y los baños tienen un sitio privilegiado. Pero Broña también oferta a vecinos y visitantes una amplia gama de opciones de ocupación del ocio, entre las que destacan los deportes náuticos, los paseos por el litoral, a través de sendas peatonales perfectamente adecentadas, y el disfrute de todos sus servicios. A través del tiempo Outes fue conocido en todo Galicia por sus santuarios religiosos, San Campio fue idolatrado por muchos creyentes, que le atribuyen innumerables curaciones. También la campa de la iglesia de Roo fue otro de los iconos recorridos por muchas personas aquejadas de enfermedad. Hoy, junto a la tradición milagrera en ambos enclaves, emergen con poderío las procesiones de visitantes en busca de elementos arquitectónicos y populistas. Otra imagen, esta más real y de la que los outienses se sienten orgullosos, es la del poeta Francisco Añón, precursor del resurgir esplendoroso del idioma gallego. Su casa natal, en Boel, y los elementos geográficos y urbanos que enumera en sus poemas son también lugar de peregrinaje para estudiosos del idioma gallego y amantes de la cultura popular.

La villa de A Serra, donde se asienta la sede municipal, aún conserva casas solariegas que dan fe de la riqueza que sus propietarios disfrutaron en el pasado. También se están catalogando vestigios históricos, como petroglifos, castros, y otros monumentos eclesiásticos, en los que además de los edificios, también sobresalen cruceros, petos e imágenes. Las marismas con su riqueza faunistica y sus juncales, que acompañan al Tambre en su desembocadura al mar, las cimas de los montes que custodian el contorno y que sirven de atalayas desde la ría de Muros-Noia puede observarse en todo su discurrir desde su inicio hasta la perdida en el mar, al traspasar las puntas de Corrubelo y Monte Louro, son lugares que satisfarán las apetencias de los visitantes.

El municipio de Outes se está convirtiendo en un santuario para el descanso. Dan muestra de ello las instalaciones de hostelería que van abriendo al público, pero también las obras de restauración de viejas edificaciones, en las que los nuevos propietarios pasan sus días de asueto, además de los periodos vacacionales. Actualmente hay en el municipio seis casas de turismo rural, con una variada oferta para el visitante, en las que también se ven diversificadas las posibilidades de ocio. Varias hospederías y dos pequeños hoteles, así como los muy conocidos restaurantes de Roo, confieren a este término grandes posibilidades de atención a los muchos visitantes que eligen este destino. Otra de las ofertas outienses está relacionada con la posibilidad de disfrutar actividades como la pesca fluvial o marítima, la caza y otras más intensas, entre las que está el piragüismo, una modalidad actualmente en auge. Los deportes náuticos adquirirán un mayor protagonismo una vez que concluyan las obras portuarias en O Freixo, donde se protegerá la ensenada y se instalaran pantanales para atraque de embarcaciones de recreo.

QUÉ COMER.- Las ostras de O Freixo tienen merecida fama. El municipio de Outes ofrece una variada gastronomía, integrada por carnes, pescados y mariscos. Su puerto se encuentra en O Freixo y allí, en sus proximidades, se puede degustar el producto estrella, que son las ostras al natural. Los manjares del mar están al alcance de los interesados, así como la ternera de calidad.

QUÉ VER.- Puente emblemático cargado de historia. El antiguo viaducto de Pontenafonso, que enlaza los municipios de Outes y Noia, es uno de los monumentos más atractivos que no debe de dejar de ver el visitante. Cuenta con veinte arcos ojivales y su construcción data del siglo XV. También son interesantes los abundantes petroglifos, así como los asentamientos castreños.

QUÉ RECORRER.- Senderos por los cauces de los ríos. Aunque se puede realizar una buena caminata por la montaña, los entendidos aconsejan recorrer los senderos paralelos a los cauces de los ríos, como  el de el Times. Si además le gusta la pesca fluvial, está justificada la recomendación.

La Voz de Galicia