COSTA DA MORTE


Carnota, donde se encuentra el hórreo con mayor capacidad de Galicia, da paso a la ría de Corcubión que lleva directamente hasta Fisterra, del que se decía que era la punta más occidental del continente europeo, aunque en realidad lo es el cabo Touriñán, un poco más al norte. Fisterra fue el emblemático fin del mundo para muchas culturas que, durante siglos, así lo creyeron. Y no es de extrañar que tuvieran esta idea al ver el tormentoso mar que bate con fuerza contra las rocas y ruge cuando la ola culpable de tal desastre se retira para dar paso a otra que, con las energías todavía intactas, está a punto de estallar contra las verticales paredes de la costa. Mientras los celtas creían que en una isla próxima estaba la Tierra de la Juventud, donde el tiempo no existía y la felicidad era eterna, los romanos veían aterrados como el mar hacia desaparecer cada día el inmenso sol. La costa da Morte, que tantos naufragios ha presenciado, tiene también su leyenda negra, en la que se llegó a afirmar que las personas que allí vivían era gente perversa, que encendían luces en los acantilados para atraer a los barcos, hacerlos encallar y apoderarse de la carga que llevaran.

La costa sigue hacia el norte, poblada de faros que han de guiar a los barcos, situados en los salientes de las rías de Lires, Camariñas y Muxia, Corme e Laxe, hasta llegar al cabo de San Adrian, con las islas Sisargas frente a él, y Malpica. A partir de aquí empiezan las playas que dan inicio al golfo Artabro. El nombre de Ártabro procede de los habitantes que ocuparon estos lugares, los artabros, antes que los romanos. Estos últimos llamaron al puerto Artabrorum Portus. Una línea recta de poco más de diez kilómetros entre A Coruña y el cabo Prioriño sobre El Ferrol, separa un gran accidente geográfico en el que tienen cabida las cuatro rías medias: Coruña, Betanzos, Ares y Ferrol. Esta zona es la más poblada de Galicia, ya que en ella se concentran grandes núcleos urbanos como A Coruña y Ferrol, además de Betanzos, Pontedeume, Ares, Murgados y Fene. La costa es baja y rocosa, con diversas playas junto a las numerosas aldeas que se reparten por las orillas.

Al norte del cabo Prior aparecen pequeñas rías que, por su situación en la zona más septentrional, se denominan Rías Altas, aunque esta zona se conoce también con el nombre de A Mariña. Las occidentales son más amplias, y la costa es abrupta, aunque en su interior se abren magníficos arenales. Estas son las rías de Cedeira, Ortigueira, Barqueiro y Viveiro. Las orientales son más pequeñas, y la costa es más suave, con numerosas playas y arenales, hasta llegar a Ribadeo, frontera natural con Asturias.

En la serra da Capelada, junto a la ría de Cedeira, y cerca de San Andrés de Teixido, se encuentra Vixia de Herbeira, el acantilado más alto de Europa, con una caída en vertical de más de seiscientos metros. Siguiendo la costa se encuentra Viveiro, bonita población medieval que conserva alguna de las antiguas puertas que daban acceso a la población. A un kilómetro y medio de Cervo está la fábrica de cerámica y el centro cultural de Sargadelos. Otro interesante centro histórico es Mondoñedo, donde se encuentra la primitiva catedral románica de San Martiño. Otro de los puntos destacados de esta costa es la playa de As Catedrais, donde hay que esperar a que baje la marea para apreciar toda la espectacularidad de las rocas, que emergen del agua formando un peculiar conjunto.