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PARQUE NATURAL DE MONFRAGÜE.-Desde
los abruptos picos, el paisaje al sur de Plasencia se va suavizando hasta
transformarse en dulces colinas de
olivares, alcornoques y encinas que bajan hasta los valles de los ríos Tajo y
Tiétar. En 1979 17.852 hectáreas se convirtieron en parque natural para
salvaguardar las singulares especies autóctonas entre las que sobresale una de
las colonias más ricas de España en aves. De las múltiples especies que viven
aquí se pueden destacar los buitres negros, los buitres leonados y, muy
especialmente, las cigüeñas negras; abundan asimismo especies acuáticas más
comunes. Entre los mamíferos se pueden encontrar linces, ciervos rojos y
jabalies. En Villareal de San Carlos, aldea fundada en el siglo XVIII, existe un
centro de información donde entregan planos con los caminos. Septiembre es un
mes ideal para visitar el parque, pues hay muchas aves migratorias que hacen un
alto en su camino.
GUADALUPE.- Este pueblo
creció alrededor del magnifico monasterio de Guadalupe, fundado en 1340. En la
plaza Mayor hay tiendas de cerámicas y objetos de cobre artesanos, que
tradicionalmente hacían los monjes y que ahora se venden como recuerdo. Las
torres almenadas del monasterio, que se asienta en un valle arbolado, le dan un aspecto quimérico. Según la leyenda, un pastor encontró una imagen de
madera algo quemada de la Virgen Maria a principios del siglo XIV. El patrimonio
real hizo prosperar al monasterio, que llegó a contar con escuelas de gramática
y medicina, tres hospitales, una importante farmacia y una de las mayores
bibliotecas de España. Junto al monasterio se encuentra la hospedería del
siglo XVI, donde se han alojado muchos monarcas, y que ahora es un hotel
regentado por los monjes. El antiguo hospital se ha convertido en parador. En el
aparcamiento hay una placa que conmemora la primera disección realizada en
España, que se hizo en 1402. En tiempos del descubrimiento del Nuevo Mundo, el
monasterio había cobrado ya gran importancia; Cristóbal Colón dio el nombre
de Guadalupe a una de las islas caribeñas descubiertas por él y los Reyes Católicos
peregrinaron al lugar como agradecimiento tras la conquista de Granada. En 1808
las tropas de Napoleón saquearon el monasterio, pero los franciscanos volvieron
a fundarlo cien años después. En la actualidad continua siendo un importante
centro católico, visitado cada año por miles de peregrinos procedentes de todo
el mundo de habla hispánica. Las visitas guiadas comienzan en el museo, con su
colección de libros corales, telas bordadas y obras de arte, y continua por el
coro y la magnifica sacristía barroca, considerada como la Capilla Sixtina
española por los retratos de monjes realizados por Zurbaran que cubren los
muros, ricamente decorados. Sobre el altar de la capilla de San Jerónimo se
puede admirar la Apoteosis, una de las más sorprendentes obras de Zurbaran.
Finalmente se puede pasear por el claustro mudéjar, del siglo XIV, que cuenta
con dos pisos de arcos de herradura y un templete central de bella decoración.
La iglesia tiene una magnifica reja de hierro, del siglo XVI, forjada al parecer
con las cadenas de esclavos liberados; este edificio se visita
separadamente.
En las cercanas sierras de
Villuercas y Los Ibores, donde los monjes recogían hierbas medicinales para la
farmacia del monasterio, existen bosques por los que es agradable pasear. La
carretera que está al sur da acceso a los pastizales de La Serena, zona vital
para el mantenimiento de las aves, y a la Reserva Natural de Cíjara, rica en
caza.
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