VALLE DE NURIA Y PARQUES DE LA GARROTXA Y CADI 2


El primer núcleo, además de visitar su bello templo románico dedicado a Sant Esteve, se pueden realizar dos excursiones cortas a los arroyos Feitùs y Espinalba, afluentes del Ter. En la segunda población se pueden recorrer a pie algunos de los parajes más sobresalientes de la zona, como los picos de Costabona, Roca Colom y Gra de Fajol. La vuelta hay que hacerla por el mismo camino hasta Camprodón y luego continuar por Sant Joan de les Abadesses hasta Ripoll. Sant Joan es un bonito pueblo, repoblado al igual que todos los de por aquí por el conde Wilfredo el Velloso a finales del siglo IX. Es la segunda población del Ripollès y su monasterio es una de las paradas necesarias del viaje. Dentro es recomendable darse una vuelta por el museo. Encontrará importantes esculturas, pinturas, bordados, tejidos y piezas de orfebrería. Si anda bien de la boca pruebe ese dulce tan rico que se llama "ca'rquinyolis", una especie de bizcocho de hace varias semanas, con almendras incrustadas. Un dulce que ha perdido sus señas de identidad y que aparece en otros puntos de la geografía, como Lérida y Teruel.

Ripoll es población de paso en esta parte de la ruta; luego, al final de la misma, con más calma, visitaremos su bello monasterio. A partir de la capital de la comarca se entra en el recorrido del valle de Nuria por una carretera que ha ido mejorando su trazado en los últimos años y que ahora presenta un buen perfil, a pesar de las características del terreno. Campdevánol es lo primero que aparece después de Ripoll y dispone de dos bellas muestras románicas, ambas a las afueras, como son los templos de Sant Llorenç y Sant Pere d'Aüira. El primer sector de la ruta finaliza en Ribes de Freser, importante nudo de comunicaciones por donde hay que pasar, en coche o en ferrocarril, para ir a Francia vía Puigcerdà. Antes de entrar en el casco urbano se deja a la izquierda una bella cascada que en época de lluvias esta bien visible, a la derecha queda la planta embotelladora de Aigüas de Ribes y a la izquierda de nuevo el balneario de Montagut, abierto sólo en verano. El pueblo no destaca por su riqueza artística, cuenta tan sólo con los ábsides restaurados del moderno templo de Santa María y la ermita de San Antonio, a las afueras, sino por su belleza paisajística, debido al privilegiado sitio que ocupa, bañado por las aguas de tres ríos: el Freser, el Rigart y el Segadell, de escaso caudal, pero permanente corriente, incluso en los meses de verano. De Ribes parte el curioso tren cremallera, es el único mecanismo técnico válido para salvar el desnivel que hay entre el pueblo y el santuario de Nuria, que realiza un maravilloso recorrido por todo el valle. El inconveniente para las familias de 4 miembros es el precio, unos 30 euros por todos, ida y vuelta.

En coche puede subir hasta el pueblecito de Queralbs, lugar de descanso del actual presidente de la Generalitat, de allí es su mujer, con bello templo románico, y tomar el tren de Nuria. Una vez  arriba, puede disfrutar del paisaje y de las excelencias que ofrece la zona, con el tranquilo lago y las manadas de caballos reposando junto al santuario de la Virgen. La única forma de salir de Nuria es por ferrocarril, por lo que habrá que bajar de nuevo a Queralbs o Ribes para continuar el viaje a través de la N-152 hasta el bello puerto de Tosas ( 1800 m.), rodeado de pinares y nieves si la temporada es propicia. Creca de aquí quedan las pistas de La Molina, las más antiguas de España, con una completa infraestructura hotelera y de servicios. A 15 kilómetros de la estación invernal aparece Puigcerdà, capital de la comarca de Cerdenyà y punto fronterizo. La torre que se observa desde cualquier punto del pueblo fue el campanario de la antigua iglesia parroquial de Santa María, derribada durante la guerra civil, y hoy es el símbolo de la villa. También son interesantes los frescos góticos de la iglesia de Sant Domenec y ese mirador tan maravilloso levantado en la plaza del Ayuntamiento, llamado Balcón de la Cerdanya. De Puigcerdà aconsejan cruzar la frontera y acercarse a la localidad española de Llivia para visitar la farmacia-museo más antigua del país. No confundir este dato histórico con la del pueblecito bugalés de Peñaranda de Duero, donde se encuentra la botica abierta al público más vieja. Antes de abandonar la capital de la comarca conviene darse una vuelta por el encantador parque del estanque, lugar donde se celebra el penúltimo domingo de agosto la Festa de l'Estany, con fuegos artificiales.

De Puigcerdà se desciende por el encantador valle del río Segre a través de la N-260, el eje pirenaico, hasta llegar a la localidad de Bellver de Cerdanya, parada obligada antes de entrar en el parque natural de Cadi-Moixerò. Bellver es la segunda localidad de la comarca, centro comercial y punto de partida de múltiples excursiones al citado paraje protegido. A la hora de sacar fotos, enfoque la iglesias románicas de Santa María de Talló y Santa Eugenia de Nerellà, ambas a las afueras del casco urbano, de única nave las dos e inquietante campanario inclinado, la segunda. El parque natural de Cadi-Moixerò se creó en julio de 1983 con la idea de proteger una amplia zona de alta montaña, con importantes valores botánicos y faunisticos, que ya contaba desde 1966 con una vigilancia especial desde que se estableció la Reserva Nacional de Caza de Cadi. Las características de este espacio son las habituales de un parque de alta montaña, valles elevados y cumbres que sobrepasan, por lo general los 2500 metros de altura. El pico más representativo es Pedraforca (2497 m.), una de las montañas más tradicionales del alpinismo catalán y también una de las más atractivas por su forma de piedra partida o enforcadura que no pasa desapercibida a lo largo del camino.  Todos los datos sobre el parque natural los puede encontrar en varios puntos. Los más cercanos a la ruta son Bellver, el área de servicio del túnel de Cadi y Bagá, por donde pasaremos después.

El espacio protegido cuenta con 9 refugios, la mayoría de ellos abiertos sólo en verano, salvo los de Gréixer, a la salida del túnel, y Lluis Estasen, en la falda del Pedraforca. La ruta del valle de Nuria recorre tan sólo el extremo oriental del parque natural, una de las más atractivas turisticamente, por encontrarse en este sector lugares tan bellos como La Pobla de Lillet, Castellar de N'Hug y el nacimiento del río Llobregat. Para conectar con estos puntos hay que adentrarse en el túnel del Cadi, impresionante obra de ingeniería, mide 5 kilómetros, que une las comarcas de la Cerdanya y el Berguedà  a través de bellos paisajes. A la salida del faraónico agujero encontramos Gréixer y un poco más allá Bagá, con el antiguo monasterio de Sant Llorenç, como principal monumento de los alrededores. Más abajo queda Guardiola de Berguedà donde hay que girar a la izquierda para tomar la carretera a La Pobla de Lillet, a 10 kilómetros. El camino es algo retorcido hasta llegar a La Pobla, a orillas del Llobregat, con huellas de su espléndido pasado en diferentes estados de conservación. En pie se mantienen parte del antiguo monasterio de canónigos regulares de Santa María de Lillet, a las afueras del pueblo, levantado en el siglo XII, la iglesia románica de Sant Miquel, el santuario muy reformado de Falgars y el puente gótico, que antaño unía los dos barrios de La Pobla. De camino a Castellar de N'Hug se puede ver otro monumento en estado de abandono, se trata de la vieja fábrica de cementos Asland, situada en el lugar conocido por el Clot del Moro. de estilo modernista y levantada en 1901 por Rafael Guastavino, el arquitecto que patentó en Estados Unidos la bóveda catalana de ladrillo que tanto se aplicó. su estado de dejadez, se cerró en 1975, y las características de la fábrica provocan cierto aire expresionista en el edificio.

Castellar de N'Hug es una de esas poblaciones que lo tiene todo: arte, naturaleza y fama. el arte se encuentra en las parroquias románicas de Santa María y Sant Vicenç; la naturaleza en el increíble paraje de Les Fonts del Llobregat, impresionantes chorros que dan vida al río y la fama en esos concursos de gossos d'altura, perros pastores, que tienen lugar el último domingo de agosto y en los que participan animales de todos los Pirineos, desde el país Vasco hasta Cataluña y Francia, con demostraciones de pastores incluidas. Como muestra de la fama de este certamen y de las características del perro pastor catalán se levantó el monumento al Gos d'Altura que se ve desde la carretera que baja del alto de Tosas. Antes de alcanzar la localidad de Ripoll conviene tomar a la izquierda la carretera que nos lleva al santuario de Montgrony, levantado en el siglo XV, con iglesia románica del siglo XI. Es un excelente mirador de toda la zona, con el pico Pedraforca dominando la franja sur del parque natural del Cadi-Moixeró. En días despejados las panorámicas son excepcionales. El punto y final al viaje lo pone la ciudad de Ripoll, capital del Ripollés, una de las villas más antiguas de Cataluña. Su monasterio es lugar de peregrinación de todos los amantes del románico, con la portada más bella del país, con un encantador claustro y una bella torre-campanario de siete pisos. El interior se reformó en el siglo XIX, pero mantiene siete ábsides lombardos del siglo XI. El regreso conviene hacerlo por la N-152 (Barcelona-Puigcerdà) vía Vic.