CAP DE CREUS  2


SANT PERE DE RODES.-  La carretera que conduce al monasterio de Sant Pere de Rodes sale del fondo de la bahía de el Port de la Selva. Es una ruta amplia y asfaltada, pero que salva una buena pendiente en poco trecho. Al poco rato se encuentra indicado el dolmen de la Taula dels Lladres, y más adelante el de Mores Altes. La carretera se encuentra con el desvío que lleva a Vilajuiga, y aquí mismo está indicado el camino hacia la iglesia de Santa Helena, inmediata a Sant Pere de Rodes. Hay que tener precaución porque en los aparcamientos de Sant Pere de Rodes se han venido produciendo hurtos durante mucho tiempo. Por eso es bueno seguir la ruta hasta la entrada al recinto del monasterio, donde el aparcamiento está vigilado. Sant Pere de Rodes es uno de los grandes conjuntos medievales de Occidente. Las primeras noticias sobre el monasterio datan del siglo IX, y parece que en el siglo X ya era un centro espiritual muy conocido. Hasta aquí peregrinaron gentes procedentes de lugares muy lejanos, ya que su jubileo era tan importante como el de Roma o Santiago de Compostela. Su situación cercana a la frontera con Francia ocasionó que fuera asaltado y destruido durante las guerras de los siglos XVIII y XIX. En 1798, los monjes que quedaban se trasladaron a Vilasacra, y el lugar quedó abandonado. El conjunto se encontraba en un estado ruinoso hasta que la Generalitat de Catalunya acometió las obras para su restauración, en los años setenta. El aspecto exterior, con su campanario y sus torres, resulta impresionante. En el interior destaca el claustro superior románico, así como otro del siglo XI, descubierto recientemente. Una de las visiones más espectaculares es la del interior del campanario, que parece salido de una escenografia romántica. La iglesia está considerada como una muestra excepcional del arte románico, ya que combina la severidad propia de este estilo con capiteles de gran delicadeza.

 CADAQUÉS.- El tramo más fatigoso de esta ruta es el que une El port de la Selva con Cadaqués, a 13 kilómetros. La GI-613 atraviesa los desfiladeros montañosos del macizo del Cap de Creus. Se suceden las curvas y los pasos que requieren precaución, aunque la carretera está en buen estado. En lo alto del Coll de Perafita se encuentra un desvío que lleva hacia Roses por un lado y a Cadaqués por el otro. La carretera desciende entonces por un torrente, al final del cual se adivinan el pueblo y el mar. Durante los meses de verano es difícil encontrar aparcamiento en Cadaqués, por lo que se recomienda dejar el vehículo a la entrada del pueblo o utilizar un aparcamiento de pago situado cerca de la carretera. En Cadaqués es imprescindible pasear por el casco viejo, con la iglesia de Santa María, de los siglos XVI y XVII, actuando como templo y fortaleza a la vez. Es notable el edificio modernista conocido como la Casa Blaua o antigua Casa Serinyana. Desde Cadaqués hay que tomar una pequeña carretera que lleva hacia Portligart, pasando por la ermita y el cementerio de Sant Baldiri. La Casa-Museu Salvador Dalí se encuentra bien señalizada, al borde mismo del mar.

CAP DE CREUS.- Desde Portligart puede seguirse el camino de una reciente urbanización para contactar con la carretera que va hacia Cap de Creus. La ruta trascurre por paisajes desolados de piedra oscura y una vegetación de matorral azotada por el viento. Hay que conducir con precaución, porque en algunos tramos el suelo está en mal estado. Ya en la parte final, cuando el faro se anuncia en el horizonte, hay que dejar a la derecha las calas Jugadora y Fredosa, mientras que la ruta pasa por la parte alta de cala Culip, a la izquierda. Aquí han aparecido varios barcos naufragados. Una vez en Cap de Creus, a 8 kilómetros, vale la pena encaramarse a algunos de los roquedales para contemplar la isla de S'Encalladora y las costas del mar d'Avall, hacia el sur, y el mar d'Amunt, al norte.