LA RUTA DE LA PLATA EN AUTOMOVIL


Siguiendo un camino natural utilizado por el hombre y el ganado desde tiempos remotos, los romanos comenzaron a construir en el siglo II antes de Cristo, bajo el mandato del emperador Augusto, una calzada de piedra pulida para unir comercial y militarmente el noroeste de Iberia a través de las ciudades de Emerita Augusta (la actual Mérida) con Astúrica Augusta (hoy, Astorga), bajo el nombre de calzada número XXIV o Iter ab Emerita Asturicam, es decir "camino de Mérida a Astorga".

Rebautizada siglos después por los árabes como la Vía de la Plata (del término árabe B'lata, camino ancho y empedrado), hoy es una ruta de 472 kilómetros, que discurre casi en paralelo con la N-630, repleta de restos arqueológicos, de monumentos civiles y religiosos, de naturaleza y de una gastronomía en la que no falta el buen vino de Ribera de Guadiana, Toro y Bierzo, el cava elaborado en la provincia de Badajoz (una bodega en concreto, lo embotella bajo la denominación Vía de la Plata) y el mejor embutido de Salamanca. La ruta que propongo arranca en el origen de la Vía de la Plata, Mérida y se recomienda invertir, como mínimo, cinco días en recorrerla para disfrutarla como merece.

JOYA ARQUEOLÓGICA

MÉRIDA, en la provincia de Badajoz (Oficina de Turismo. Tfono. 924009730) es la capital de la comunidad autónoma de Extremadura y puede presumir, sin lugar a equívocos, de conservar el más extenso legado romano de toda la península Ibérica. Fue fundada en el año 25 antes de Cristo por los romanos, bajo el nombre de Emerita Augusta, para acoger a los veteranos de las legiones del Imperio, y fue la capital de la provincia de Lusitania. Aparte del puente romano sobre el Guadiana, los restos del templo de Diana; el monumental arco de Trajano; el acueducto de los Milagros y el Museo Nacional de Arte Romano, obra de Rafael Moneo, los dos monumentos enseña de Mérida son, sin duda, el teatro y el anfiteatro, separados entre si por una calzada de unos siete metros de anchura. El teatro, uno de los más grandiosos de toda la Hispania romana, se construyó en los años 16 y 15 antes de Cristo, y fue un regalo a la ciudad de Mérida del general Agripa, yerno de Augusto. Hoy es el marco espectacular del Festival de Teatro Clásico, que se celebra cada verano. Por su parte, el anfiteatro, con capacidad para 14.000 espectadores, era usado para los combates de gladiadores y las luchas con animales.

Cerca de Mérida, a unos 15 kilómetros, se encuentra el Parque Natural de Cornalvo, al que se accede desde la N-V o E-90 por el pueblo de Trujillanos. Cornalvo, un ecosistema típicamente mediterráneo de 10.740 hectáreas, al que atraviesa por el extremo oeste la Vía de la Plata, cuenta, además de con una magnifica presa que construyeron los romanos para abastecer de agua a Mérida, con dehesas de alcornoques y encinas, y 200 especies diferentes de vertebrados. Desde la antigua capital de Lusitania, a través de la N-630 o E-803, en dirección norte y tras 66 kilómetros, se llega a Cáceres (Oficina de Turismo. Tfono. 927010834). Por su magnifico conjunto histórico y monumental fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986. En ella destaca el barrio antiguo; el convento de Santa Clara, de fachada renacentista; la Plaza Mayor, presidida por la torre antigua mejor conservada, la de Bujaco, del siglo XII, y el palacio de los Cáceres-Ovando, construido en 1466 sobre las ruinas del viejo alcázar.

BOSQUES Y AGUA

Retomando la N-630 se llega, tras 83 kilómetros, a Plasencia (Oficina de Turismo. Tfono. 927423843). Después de cruzar el río Jerte por alguno de sus puentes y dejar atrás el recinto amurallado de la ciudad, lo mejor es encaminarse hacia la Plaza Mayor, donde se puede degustar en los restaurantes de los alrededores la famosa caldereta extremeña y el jamón de pata negra. Como digestivo, destaca el kirsch (licor de cereza), del valle del Jerte. Cogiendo la EX-208 desde Plasencia se llega, después de recorrer unos cuarenta kilómetros, al Parque Natural de Monfragüe. Situado en la confluencia del río Tajo con su afluente el Tietar es ejemplo del mejor bosque mediterráneo. Rapaces como el buitre negro y leonado o águilas imperiales y reales y mamíferos como el ciervo, el zorro o el lince pueblan sus 17.852 hectáreas.

Retomando de nuevo la N-630 se puede visitar el magnifico arco cuadriforme romano de nueve metros de altura de Cáparra, al que se accede por la comarcal que conduce al pantano de Gabriel y Galán. Volviendo sobre nuestros pasos y justo antes de abandonar la comunidad de Extremadura se llega a Baños de Montemayor (Oficina de Turismo. Tfono. 923428012), una pequeña población de menos de 800 habitantes famosa porque al amparo de la Vía de la Plata, de cuyo trazado originario se conservan en este pueblo tres kilómetros, surgió en el siglo II un asentamiento romano en torno a un balneario, aún en uso.

CAPITAL CULTURAL

La siguiente parada de la ruta, tras 16 kilómetros por la N-630, ya en tierras castellano leonesas. Béjar, localidad de la provincia de Salamanca(Oficina de Turismo. Tfono. 923403005), fue plaza fuerte en la Reconquista y famosa en el siglo XVIII por sus paños. Resultan interesantes de ver las iglesias románicas de San Juan Bautista y Santa Maria la Mayor, entre otras; el puente romano de San Albín; el Museo de Escultura de Mateo Hernández y su plaza de toros, una de las más antiguas de España, que se construyó cuadrada en 1669, aunque 40 años después fue transformada en octogonal. Tomando de nuevo la N-630 se accede, tras 72,4 kilómetros, a la monumental Salamanca, este año más atractiva si cabe al haber sido elegida Capital Europea de la Cultura (Oficina de Turismo. Tfono. 923218342 y http://www.salamanca2002.org/). El puente romano sobre el río Tormes a su paso por Salamanca es obra fundamental de la Vía de la Plata. Se compone de 26 arcos, los primeros 15 romanos y los 11 restantes del siglo XVII, debido a una riada que en 1626 destruyó los originarios. Pero sin duda alguna donde el corazón de esta ciudad late con mayor pulso es en su Plaza Mayor. Al entrar por cualquiera de sus puertas se entiende al instante que sea considerada una de las más hermosas de toda España. Con la construcción de esta plaza en el siglo XVIII Felipe V quiso premiar el apoyo que recibió de la ciudad en la Guerra de Sucesión.

Pero además, Salamanca puede presumir de sus dos catedrales. La Vieja (sede de la primera universidad española, construida entre los siglos XII y XIII) y la Nueva (mandada construir por los Reyes Católicos en el siglo XVI, aunque no sería terminada hasta dos siglos después) se encuentran armoniosamente unidas sin restarse protagonismo. En el campo gastronomito, junto a los tradicionales asados castellanos, la provincia de Salamanca ofrece variedades autóctonas de fama reconocida como son los embutidos de cerdo procedentes de Guijuelo ( el jamón es exquisito), las lentejas de Armuña y el hornazo (empanada rellena de embutido). Se continua rumbo a Astorga, no sin antes hacer una nueva y última parada en Zamora (Oficina de Turismo. Tfono. 980531845). Situada a 65 kilómetros de Salamanca, se llega a ella a través de la N-630. La época de máximo esplendor de Zamora se remonta a la Edad Media como así lo confirman sus 26 iglesias, la mayoría de estilo románico. Lo más sobresaliente de la capital zamorana es su catedral, del siglo XII; el castillo, de origen árabe, y el puente de piedra, construido en el siglo XII para sustituir a otro romano y que hoy es uno de los principales símbolos de la ciudad.

CRUCE DE CAMINOS

Astorga, destino de la Vía de la Plata romana y también de nuestra ruta, se halla a 130 kilómetros de Zamora. Para acceder a ella hay que seguir la N-630 hasta Benavente y allí enlazar con la N-VI o con la A-6. Capital de la comarca de La Maragatería, Astorga (Ofina de Turismo. Tfono. 987618222) esta situada en la confluencia del Camino de Santiago con el final de la Vía de la Plata. Fue fundada antes de la llegada de los romanos, pero durante su dominación fue el campamento encargado de la vigilancia de los rebeldes cantabros y astures que luchaban contra el invasor. Los restos de su muralla guardan aún mucho de la cerca romana levantada en el año 15, pero la mayoría de sus torreones pertenecen a la ampliación y mejora llevada a cabo en el siglo XV. De su pasado romano destacan las termas, la Domus del Mosaico, situada junto al convento de los Padres Redentoristas, y las cloacas. La Catedral de Santa Maria, levantada en el siglo XV, merece, sin duda, ser visitada también. La antigua Astúrica Augusta es además conocida por su rica gastronomía en la que destacan las mantecadas, la cecina y el sin par cocido maragato.