SIERRA DE LAS MAMBLAS  2


El segundo punto de interés nace a la izquierda de la carretera y al poco de atravesar el primer puente sobre el río Arlanza. Siguiendo el camino a pie se alcanza el curso fluvial y a continuación el espigón calcáreo que sujeta la ermita de San Pelayo, pero ahora visto desde abajo. en el centro de la roca aparece la cueva, donde la leyenda narra la fábula de Fernán González en la que fue profetizado que seria el primer conde castellano. El mensaje se lo hizo llegar un monje llamado Pelayo quien en compañía de otros dos anacoretas, Arsenio y Silvano, habitaban las cuevas que pueden observarse desde el lecho del río. Sus restos se guardan en una urna de plata de la colegiata de covarrubias. Disfrute del paisaje y de la belleza del lugar. En otras cavidades del entorno se han encontrado restos de cazadores pertenecientes al paleolítico, hace 37.000 años. Precisamente de la abundancia de estas cuevas rojas o covas-rubias procede el nombre de Covarrubias, el próximo destino. Esta villa es un museo de arte y arquitectura al aire libre. Cualquier rincón, cualquier plaza, cualquier edificio es digno de ver y contemplar. Largas horas se pueden pasar en esta ciudad llamada por muchos Cuna de Castilla. Del catalogo de monumentos destacan los restos de sus murallas, junto al río, son del siglo X y miden 10 metros de altura por más de 2 de ancho en la base; la Casa-Palacio de Fernán González, actual Ayuntamiento; el archivo del Adelantamiento de Castilla; puerta de entrada al recinto medieval; la Casa de doña Sancha, cobijo de la reina castellana y hermana de Alfonso VIII, de recios postes de enebro, adobes cubiertos de mortero y maderas entrecruzadas y el torreón de Fernán González o de doña Urraca, escenario de una negra leyenda que aconteció entre sus gruesas paredes, en la base miden tres metros. Se cuenta que una pequeña habitación de la primera planta estuvo emparedada doña Urraca y que ese tormento le provocó la muerte.

Lo que no aclara muy bien la historia es de qué Urraca se trata, de si hija más querida del conde, la que se casó tres veces, tantas como fue reina; de la hija del conde Garci Fernández, hijo de Fernán González o de la esposa de si otro hijo, don Sancho, muerto recién casado. El caso es que, como ocurre con tantos castillos y torreones, éste tiene su propia leyenda con la certeza que cada lector o visitante quiera darle. Existen dos documentos, los Anales Toledanos y los Complutenses, que citan la horrible historia, aunque en distinta fecha. La torre cuenta con la particularidad de que los pisos superiores, tiene cuatro,  son más amplios que los inferiores, debido al espesor de la base. La joya de Covarrubias es su colegiata, calificada por el monarca Alfonso XIII como El Escorial de la vieja Castilla por los enterramientos que alberga en su interior: más de 30 condes, infantes, nobles, abades y uno que sobresale, junto al del conde, por encima de todos, El de Cristina de Noruega.

Ahí va otra historia, llena de tristeza y romanticismo. La princesa noruega, de bellos "ojos azules como nuestro cielo, cabellos como nuestro sol, y tez como la nieve de los montes escandinavos" se casa en Valladolid con el infante don Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio y muere de pena 4 años más tarde, en 1262, en Sevilla, quizá por añoranza de su fría tierra. Su marido se encuentra enterrado en la impresionante iglesia templaria de Villalcázar de Sirga, en pleno Camino de Santiago palentino. A mediados de este siglo su sepulcro fue levantado, está en el claustro de la colegiata, encontrándose una urna de madera con el cuerpo parcialmente momificado, unas telas y una receta para tratar el mal de oídos. antes de abandonar el recinto fíjese en el maravilloso órgano del siglo XVII que todavía funciona y que alguien dijo de él que era un Stradivarius en órgano. Mejor definición imposible. Desde Covarrubias se puede visitar el resto de la sierra de las Mamblas y observar sus picos gemelos, se asemejan a los pechos de una mujer, por la carretera local de Mecerreyes a Cuevas de San Clemente. Otra opción para continuar devorando arte y naturaleza es acercarse a Santo Domingo de Silos, a 18 kilómetros, y al desfiladero de la Yecla, muy cerca donde encontrará de todo: por un lado, el monasterio de Santo Domingo de Silos, con el mejor claustro románico del mundo, eso dicen, una excelente botica y unos maravillosos cantos gregorianos que hay que escucharlos; por otro, un espectacular cañón, el de la Yecla, de 300 metros de longitud que se recorren por un estrecho sendero con barandilla sobre las aguas del arroyo Mataviejas. 

Todo un capricho de la naturaleza. Nada mejor que terminar la ruta en este excepcional paraje, aunque las posibilidades de aventura pueden prolongarse para aquellos que regresen a la zona centro por Caleruega, cuna de Santo Domingo de Guzmán; Peñaranda de Duero, con la farmacia más antigua del país, todavía abierta al público, y uno de los mejores artesonados mudéjares que se conocen, los del palacio renacentista de Avellaneda; el monasterio de la Vid, el Escorial de la Ribera, junto al Duero, y Aranda de Duero, con la magnifica portada plateresca de la iglesia de Santa María. En este pueblo los sábados se celebra el tradicional mercadillo donde se venden los productos típicos de la tierra y de la temporada. Ya lo sabe.

AUTOR: JAVIER LERALTA