EL ROMÁNICO DEL NORTE DE GUADALAJARA 1


Este itinerario recorre el territorio del norte de la provincia de Guadalajara, un espacio dominado por las sierras de Ayllón, Alto Rey y Sigüenza. El arte románico penetra en Castilla con la primera repoblación cristiana, con la conquista que avanza desde el norte, a finales del siglo XI y principios del XII, durante el reinado de Alfonso VI, expresándose sobre todo mediante la construcción de pequeñas iglesias románicas en gran parte de las aldeas que pueblan estas sierras, Así encontramos importantes muestras de un arte que se caracteriza por su armonía y sencillez, poco alterado, de gran encanto y originalidad. Esta ruta es una puerta abierta al viajero deseoso de conocer un rico patrimonio arquitectónico y artístico y, a la vez, disfrutar de una belleza excepcional y donde poblaciones como Sigüenza y Atienza son dos núcleos con un marcado carácter monumental que confieren al recorrido un valor especial.

Iniciamos la ruta partiendo de Alcolea del Pinar, población a la que accedemos por la N-II Madrid-Barcelona. Alcolea del Pinar posee importantes yacimientos arqueológicos, los restos de un poblado celtiberico; muy interesante es la conocida Casa de Piedra, curioso edificio de arquitectura excavada. En su entorno nos encontramos algunas poblaciones en las que admiraremos bellas muestras de románico rural, como en Villaverde del Ducado. Tomaremos la carretera comarcal que nos lleva a Sigüenza y nos desviaremos a Sauca, para asó poder contemplar la interesante iglesia de finales del siglo XII, principios del XII, en la que destaca el pórtico con columnas pareadas y ricos capiteles con iconografía, declarada monumento en 1966. Dentro de este municipio está Jodra del Pinar que cuenta con la iglesia de San Juan Degollado, interesante muestra del románico y en la que destacan el pórtico y los capiteles cistercienses.

Retomamos la carretera comarcal y nos dirigimos a Sigüenza, ciudad que, un poco antes de llegar a ella, nos obliga a detenernos antes de la última curva para mostrarnos la importancia del conjunto y su dimensión histórica y urbanísticas. El fabuloso patrimonio arquitectónico que posee fue declarado conjunto histórico-artístico en 1965. Su origen es la ibérica Segoncia, situada en el llamado cerro de Villavieja y cuya población, en época romana se va trasladando a la llanura. Magníficamente conservada pese a los avatares de la historia, nos muestra una ciudad alta de carácter medieval en la que destaca el castillo (actual parador de turismo), construido tras la invasión árabe en el siglo VIII, época en la que esta población adquirió gran importancia estratégica y se construyó la alcazaba; y la ciudad baja, renacentista y barroca, que tiene su principal símbolo en su catedral, amén de un tejido urbano en el que se respira un ambiente medieval, con diferentes estilos, muy interesantes, que albergó hasta finales del siglo XVIII a la universidad. La catedral, iniciada en 1130 a instancias del obispo don Bernardo de Agén, es de estilo románico y desarrollada después siguiendo las líneas del gótico. Su aspecto exterior es el de una fortaleza medieval, con fuertes torres y pórtico románico y un imponente rosetón. Un interior de gran riqueza ornamental, con retablos platerescos, altares barrocos, rejas, tallas, pinturas, etc. Pero sin duda su principal monumento es el sepulcro de Martín Vázquez de Arce, conocido como el Doncel de Sigüenza. Destaca también la sacristía de las Cabezas, obra de Covarrubias y su claustro, el coro con sillería gótica y una importantísima colección de arte en la que, junto a los tejidos, orfebrería y documentos, se encuentra una Anunciación de el Greco. Frente a la catedral se encuentra el Museo Diocesano de Arte de Sigüenza, creado en 1968, con una interesante colección de bienes muebles procedentes de numerosas iglesias de la diócesis. En la Plaza Mayor o del mercado, de estilo renacentista y urbanizada en 1484-1494, destacan las casas de los canónigos, con balconadas y galerías, el Ayuntamiento y la Puerta del Toril. La plaza está porticada en dos de sus lados con casas de los siglos XVI y XVII. Destacar las iglesias románicas de San Vicente, con cabecera y portada románicas, la parroquia de Santiago, cisterciense del siglo XIII y con portada románica; el Seminario, de estilo barroco y con un notable patio; la Casa del Doncel, buen palacio del siglo XV, con fachada gótica de tres cuerpos; la Posada del Sol, en la Plazuela de la Cárcel, del siglo XVI. La iglesia de las Ursulinas, el colegio de la Sagrada Familia, la Casa del Arcediano, el Humilladero de la Vera Cruz y el colegio de Infantes son algunos de los muchos puntos que merecen la visita sosegada, al igual que el callejear por este conjunto urbano que seguramente conseguirá remontarnos atrás en el tiempo.

A 7 kilómetros, tomando la carretera desde Alcolea del Pinar, se puede visitar el santuario de Nuestra Señora de la Salud en Barbatona, a la que se le profesa gran devoción en la comarca. A poca distancia, en dirección a Atienza, un desvío a la izquierda nos conduce a Palazuelos. Villa fortificada, amurallada y con castillo, sólido sistema defensivo bien conservado y que formaba parte del conjunto de fortalezas que guardaban los pasos de entre otros, los ríos Salado y Henares, junto a Guijosa, Riba de Santiuste y la propia Sigüenza. Este conjunto esta declarado monumento desde 1951 y fue construido en el siglo XV, por el marques de Santillana, don Iñigo López de Mendoza. De su iglesia, de estilo románico rural del siglo XIII, destaca la portada románica y la espadaña; el resto pertenece a las reformas de los siglos XVI y XVII. Un poco más adelante, por la misma carretera, llegamos a Carabias, con su iglesia de El Salvador, bello ejemplo de románico rural del siglo XIII, con un valiosísimo y original atrio porticado que muestra catorce arcos de medio punto apoyados sobre bellos capiteles de decoración vegetal, y ocho "marcas de cantero" distribuidas por el atrio. Volvemos a la carretera provincial, la atravesamos y nos dirigimos a Pozancos, situada en el valle por el que discurre el río Vallenas, entre un paisaje de huertas y arboledas. Su iglesia, del románico rural de mediados del siglo XIII, con reformas del siglo XVII, y capilla gótica del XVI en el muro sur, que alberga un bello sepulcro del canónigo de Sigüenza D. Martín Fernández, Arcipreste de Hita, cura de los Inviernos y Señor de Pozancos.