PLAZAS, IGLESIAS Y CASTILLOS EN EL VALLE DEL JÚCAR


ITINERARIO.- Albacete- La Gineta- Tarazona de la Mancha- Madrigueras- Mahora- Jorquera- Alcalá del Jucar.

DISTANCIA.- 89 kilómetros.

DESCRIPCIÓN.- La arquitectura, el paisaje y su perfecta conjunción vuelven a ser protagonistas de esta ruta. Hablo en esta ocasión de una serie de pueblos situados a lo largo del Valle del Júcar que se caracterizan por mostrar una amplia gama de topologías constructivas, con edificios de arquitectura civil, militar o religiosa.

El punto de inicio del recorrido es Albacete, la capital de la provincia más oriental de Castilla-La Mancha. Es una ciudad moderna y dinámica que tiene en su conjunto un autentico muestrario de lo que es y ha sido la arquitectura de la región. Múltiples, y de diversos estilos, son los edificios que se pueden admirar en Albacete. Desde la catedral del siglo XIII, aunque varias veces reconstruida, hasta la arquitectura más moderna, representada por el Museo Arqueológico del parque Abelardo Sánchez, pasando por las edificaciones modernistas de la calle Marqués de Molius. Los edificios de Albacete nos hablan de la dilatada, y a veces tempestuosa, historia de la ciudad.

Situada a 18 kilómetros de Albacete, La Gineta jugó un papel importante en la historia, pues fue lugar de paso obligado en el Camino Real. De sus edificaciones destaca especialmente la iglesia de San Martín, en la que se pueden admirar unos murales de estilo goticista, descubiertos recientemente. Tomando la carretera nacional 320 nos adentramos ya en lo que es el Valle del Júcar, iniciando el recorrido en Tarazona de la Mancha. Población que gira entorno a una hermosa e importante Plaza Mayor, espacio urbano configurado desde el siglo XVII por una serie de edificios que se abren al exterior con un hermoso balconaje volado de madera. A las afueras del pueblo se puede observar un pequeño puente romano. Continuando en dirección este, llegaremos a Madrigueras, siguiente punto de nuestro itinerario. En el perfil de la población se alza la iglesia parroquial, edificio de notables proporciones que demuestra la importancia que el pueblo tuvo ya en el siglo XVIII. En esta villa hay numerosas edificaciones de carácter popular, construidas en tapial con los muros encalados y casas nobles con portadas de sillería adornadas con escudos.

En la confluencia de esta misma carretera con la N-322 se encuentra Mahora, localidad que perteneció al llamado estado de Jorquera. El edificio más importante de la villa es la parroquia de la Asunción, construcción del siglo XVI a la que le fueron añadiendo elementos hasta el siglo XVIII. Buscando nuevamente el cauce del río Júcar, llegaremos a Jorquera, villa que jugó un importante papel en la Edad Media, ya que se constituyó en cabeza de un "estado" que no se sometió a la Real Corona en época de los Reyes Católicos. Conserva de este periodo restos de la fortaleza y algunas puertas de acceso (una de ellas, La Nueva, defendida por una curiosa torre pentagonal) y el trazado urbano, todo ello rodeado de un marco natural incomparable.

A 45 kilómetros de Albacete se sitúa Alcalá del Júcar, localidad de belleza excepcional, cuyas casas parecen trepar hacia el castillo que se asoma a la hoz que forma el río Júcar a sus pies. Domina la población la fortaleza árabe reconstruida en época cristiana. Sobre el río se levanta un puente desde el que se puede admirar la villa en toda su magnitud. Los alrededores del pueblo son especialmente indicados para realizar excursiones y contemplar como en Castilla-La Mancha existen, no solo llanuras secas, sino también parajes verdes y montañas que rompen con el tópico de una región poco conocida.