ALGUNOS LUGARES DE CASTILLA-LA MANCHA 2
TEMBLEQUE.- Su espléndida
plaza Mayor con soportales de madera data del siglo XVII y está muy bien
conservada. En diversos lugares figura la cruz roja de los CONSUEGRA.-
Los molinos de viento de Consuegra se alinean, junto con el castillo de la Orden
de San Juan, del siglo XIII y en ruinas, sobre las llanuras CAMPO DE CRIPTANA.- Sobre una colina se recortan los diez molinos de viento que
quedan de lo que fue, con 32 ejemplares, la mayor agrupación de La Mancha. Tres
de ellos se remontan al siglo XVI y conservan su maquinaria intacta. En uno de
los molinos se encuentra la oficina de turismo. En cuatro de ellos se han
instalado diversas exposiciones sobre la cultura de la zona. En los alrededores
se pueden ver molinos también en Alcázar de San Juan y en Mota del Cuervo. EL TOBOSO.- Este es un lugar con más reminiscencia quijotescas de la Mancha. Cervantes lo eligió como cuna de Dulcinea, la dama de Don Quijote. La casa de doña Ana Martínez Zarco, a quien se ha asociado el personaje, ha sido restaurada al estilo rural del siglo XVI. En el ayuntamiento se guardan ediciones del Quijote en más de 30 idiomas. La villa se ha considerado tradicionalmente de tal importancia cultural, que se dice que el ejercito francés decidió no atacarla durante la guerra de la Independencia. BELMONTE.-
El magnifico castillo de Belmonte, del siglo XV, es el que mejor se conserva de
toda la zona. Fue construido por Juan Pacheco, marqués de Villena, político e
intrigante personaje, cuando Enrique IV le cedió la villa en 1456. Su interior
está decorado con ricos artesonados y yeserias mudéjares. Hay que destacar la
colegiata por sus capillas, ricamente decoradas, y la sillería del coro, que se
trasladó hasta aquí desde la catedral de Cuenca. También posee una importante
reja de hierro forjado, un retablo renacentista y la pila en la que fue
bautizado el poeta del Siglo de Oro Fray Luis de ALARCÓN.-
La ciudad fortificada de Alarcón, magníficamente conservada, emerge en lo alto
de una roca, sobre una angosta hoz del río Júcar. Al franquear la triple
entrada al castillo el viajero se siente trasportado a la época medieval. Se
remonta al siglo VIII y fue un enclave militar durante la Reconquista,
arrebatado a los árabes por Alfonso VIII en 1184, tras un sitio de nueve meses.
Posteriormente fue adquirido por el marqués de Villena. Las murallas de
Alarcón son espectaculares y cuenta con tres recintos defensivos. El castillo,
pequeño y triangular, que se alza sobre el río, se ha rehabilitado como
parador. Merece la pena visitar dos de las iglesias de la ciudad: la de Santa
Maria, que es una joya renacentista, con un magnifico pórtico y un retablo
atribuido a Alonso Berruguete y la cercana iglesia de la Santísima Trinidad,
construida en estilo ALCALÁ DEL JÚCAR.- El río
Júcar, en su recorrido por las colinas calizas del
noreste de Albacete, abre una garganta profunda y tortuosa, la hoz del Júcar,
que puede recorrerse a lo largo de 40 kilómetros. Alcalá del Júcar está
emplazada en un imponente paisaje, junto a una cresta que asciende desde lo más
profundo del desfiladero. La ciudad se va encaramando entre cuestas y empinadas
escaleras; en lo alto junto al castillo, las casas ganan terreno a la roca
blanda., horadándola, hasta convertirse algunas de ellas en auténticos túneles
que alcanzan el otro extremo de la ladera. Al oeste la garganta atraviesa fértiles
huertos hasta llegar a la ermita de San Lorenzo. Algo más allá se encuentra
situada la pintoresca villa de Jorquera, que conserva sus murallas árabes y en
la Edad Media se convirtió en estado independiente durante un breve periodo, al
negarse a aceptar el control de la Corona. La Casa del Corregidor alberga en su
interior una interesante colección de escudos. LAGUNAS DE RUIDERA.- Llamadas en otros tiempos Los Espejos de la Mancha, estos 17 lagos freáticos, que forman el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, se extienden a lo largo de un valle de 20 kilómetros. Al parecer toman su nombre de una de las historias de El Quijote, en la que se cuenta el episodio del encantamiento de una dama, junto con sus hijas y nietas. Aunque la sequía ha reducido el nivel de agua de las lagunas, merece la pena visitarlas por su fauna; pueden verse avutardas y sisones, garzas y muchas especies de anades. El creciente numero de visitantes y las construcciones de recreo levantadas en las riberas están amenazando el mantenimiento de la fauna. En el pueblo de Ruidera, entre las lagunas del Rey y de Cueva Morenilla, existe una oficina de información del parque. Cerca de otra de las lagunas, la de San Pedro, se encuentra la cueva de Montesinos, profunda pero accesible, que se describe en uno de los capítulos de El Quijote. Al noroeste, las lagunas se unen al embalse de Peñarroya, presidido por un castillo. Argamasilla de Alba tiene un indudable sabor cervantino. CALATRAVA LA
NUEVA.- Se llega al castillo-monasterio de Calatrava la TABLAS DE DAIMIEL.- En los humedales de las Tablas de Daimiel, al noreste de Ciudad Real, anida una gran cantidad de aves acuáticas y migratorias. A pesar de que el Parque Nacional se creó en 1973, su notoriedad ecológica proviene del descenso del nivel del agua que se ha venido produciendo durante los últimos años y que ha afectado a la antes numerosa población de aves. Uno de los extremos del parque está abierto al público, y es posible pasear por diversos caminos que llevan hasta las torres de observación. Las principales colonias de aves reúnen colimbos y ánsares silvestres; tradicionalmente habitan en el parque mamíferos como las nutrias y los zorros rojos. |