POR LA RUTA DE LOS MOLINOS A BELMONTE


ITINERARIO.- Consuegra- Madridejos- Puerto Lapice- Herencia- Alcázar de San Juan- Campo de Criptana- Pedro Muñoz- Mota del Cuervo- Belmonte- Ossa de la Vega- Los Hinojosos- Quintanar de la Orden.

DISTANCIA.- 144 kilómetros.

DESCRIPCIÓN.- Es una de las rutas que mejor podría definir la arquitectura y el paisaje de La Mancha. En la intensa llanura manchega destacan los perfiles de los molinos de viento que han representado a través de la historia a la región en la que Cervantes situó El Quijote. Junto con los molinos, se recortan en el horizonte castillos, como el de Consuegra y Belmonte que defendieron estas tierras en la Edad Media.

Ya en el punto de inicio, Consuegra, encontramos vestigios de los avatares históricos que jalonan la ruta. Junto a los restos romanos que nos hablan de sus orígenes, se hallan edificaciones como el castillo, obra de finales del siglo XII o principios del XIII, baluarte defensivo de la población durante la Edad Media. Muy interesante es el trazado urbano, dividido en dos partes por el río Amarguillo, en el que se pueden ver innumerables muestras de arquitectura civil y religiosa. Pero lo que identifica sin duda el perfil de la ciudad son los molinos de viento, que nos indican claramente que hemos entrado en La Mancha, y que, junto al castillo, se recortan en el horizonte.

Seguimos hacia el este, y tras hacer una escala obligada en Madridejos, tomamos la N-IV que nos conducirá hasta Puerto Lapice, desde donde nos encaminaremos a Herencia, villa en la que podremos ver su conjunto urbano estructurado en torno a dos espacios, la plaza de España y la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, perteneciente al antiguo convento de Mercenarios. En la misma carretera y siguiendo hacia el este, llegaremos a una de las grandes poblaciones manchegas, Alcázar de San Juan. La ciudad tiene un origen antiguo que nos remite a la arcaica Alces celtibera y a la posterior Alcas romana. Su importancia radica tanto en la belleza de sus monumentos como en el hecho de ser uno de los nudos fundamentales de vías férreas de Castilla-La Mancha. En cuanto a los edificios de interés, la lista seria interminable, por lo que citare como más destacados la iglesia de Santa Maria la Mayor, en la que se mezclan estilos que van desde el mudéjar al barroco; el palacio del Gran Prior de los Hospitalarios, del que se conserva el Torreón del Gran Prior, declarado B.I.C.; la iglesia de San Francisco, gótica de transición; el convento de Santa Clara, declarado monumento provincial y sede de la Escuela Taller de Restauración que lleva su nombre y numerosas casas solariegas que siguen la misma tipología que en otros pueblos manchegos.

Cercana a Alcázar se halla Campo de Criptana, cuyo principal atractivo reside en los molinos de viento que se alzan en la Sierra de la Paz. De los 130 que hubo antiguamente, hoy solo se conservan 10, estando declarados 3 de ellos monumentos. En el resto de la población destacan las casas populares encaladas y las casas solariegas, como la de la Tercia o el Posito, declarada B.I.C.. Siguiendo la ruta propuesta, y sin salir de la N-420, llegaremos a Mota del Cuervo, no sin antes haber visitado Pedro Muñoz, con edificios notables como la iglesia de San Pedro o la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, y lugares tan atractivos como las lagunas existentes al norte de la villa.

En Mota del Cuervo nos adentramos ya en la provincia de Cuenca. El conjunto de sus molinos, al igual que los de Consuegra y Campo de Criptana, le confieren su máximo valor de identidad paisajista. Dentro del conjunto urbano sobresale el espacio que rodea a las plazas de Cervantes y del Ayuntamiento, tanto por el trazado de sus calles como por la calidad de las edificaciones, abundando las casas señoriales. Notables edificios son el Antiguo Convento, el Antiguo Hospital de Pobres y sobre todo la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, edificio enmarcado en un conjunto amurallado que data del siglo XV.

El municipio mas oriental de la ruta propuesta y uno de los más bellos es Belmonte, cuna de Fray Luis de León. Se trata de un conjunto monumental de enorme magnitud que conserva un impresionante recinto defensivo, compuesto por el castillo, murallas y puertas, así como importantes edificios civiles y religiosos. Entre estos son reseñables la Colegiata, que compite su majestuosidad con el castillo; el convento de Trinitarios, la Casa de Comedias (posible antiguo Corral de Comedias), el convento de los Jesuitas, el palacio del Infante don Juan Manuel y la iglesia Colegial de San Bartolomé. Sin embargo y tras esta enumeración de edificios, es aconsejable un paseo por la población para descubrir todos los rincones que encierran sus murallas.

Desde Belmonte nos encaminaremos hasta el punto final de la ruta, Quintanar de la Orden, haciendo escalas en Ossa de la Vega y Los Hinojosos, curioso municipio conquense desarrollado en dos colinas separadas por un valle. Ya en Quintanar de la Orden son muy variados los edificios, en cuanto a estilo y época constructiva, que se pueden ver en la villa. Así la iglesia parroquial, del siglo XVI; la Casa de Piedra, barroca; el Ayuntamiento, modernista y la plaza de toros, de estilo neomudejar, demuestran una gran tipología edificatoria.