CAMPOO Y VALDERREDIBLE


La amplia comarca que nos ocupa es la más meridional de Cantabria. Posee una rica y fértil vega regada por el río Ebro, que al poco de nacer, remansa sus aguas en un extenso embalse, siendo su vegetación y clima notablemente distinto al resto de la región.

Cuenta con un relieve poco accidentado, salvo en las cumbres de Alto Campoo, donde se ubica la estación invernal. El itinerario partirá de Reinosa en la N-611, el mayor núcleo urbano y capital comarcal. La primitiva ciudadela medieval se desarrolló pronto debido a su estratégica situación en el camino de la Meseta. En ella se erige un interesante conjunto de edificaciones de sillería de los siglos XVI y XVII, Muy popular es la degustación en Reinosa de "pantortillas" (dulce de hojaldre). La dirección hacia la estación invernal de Alto Campoo nos llevará al nacimiento del Ebro, en Fontibre, y al castillo de Argüeso, fortaleza medieval formada por dos torreones unidos por un cuerpo central. En Espinilla, se encuentran algunas estelas, y en Proaño una preciosa torre, mientras que Abiada, en las inmediaciones, celebra una peculiar fiesta: "Los Campanos", donde se exhibe el ganado engalanado, tocado con sus característicos campanos.

El oso pardo, especie en peligro de extinción, merodea en los alrededores de Mazandrero, en su ir y venir por la sierra de Peña Labra. Volviendo a Reinosa, seguiremos hasta Bolmir y Retortillo, junto al pantano, ambas localidades constituyen el núcleo de lo que fue el principal asentamiento romano de Cantabria, Juliobriga, lugar en el que se localizan algunas ruinas.

En Cervatos, podemos admirar la colegiata de San Pedro del siglo XII, de traza románica, edificada sobre un primitivo monasterio. También en Arroyo, al pie del embalse, se conserva una iglesia de estilo románico, pero el centro devocional de la comarca es el monasterio de Montesclaros, un lugar solitario de alta calidad medio-ambiental.

Acercándonos a Polientes, capital del municipio de Valderredible, se da cita algún yacimiento romano (Santa María de Hito), y un gran número de monumentos románicos, cuyo máximo exponente es la colegiata de San martín de Elines, y alguna fortificación, como la torre de Ruerrero. Pero lo verdaderamente característico en esta comarca, son las primitivas ermitas rupestres (excavadas en la roca) que ofrecen la imagen altomedieval de la Cantabria cristiana, y cuyas mejores representaciones se localizan en Cadalso, Arroyuelos, Santa María de Valverde y Campo de Ebro.