COSTA OCCIDENTAL DE CANTABRIA


La costa occidental de Cantabria tiene en su desarrollo villas monumentales junto a pueblos con aire tradicional y marinero. Partiremos de Suances, villa turística de la comarca del Besaya, que cuenta con excelentes playas y significada gastronomía. Santillana del Mar, a continuación, es el conjunto histórico-artístico más importante de Cantabria y uno de los mejor conservados de España. Es el museo vivo de una aldea medieval del siglo IX, desarrollado en torno a la Colegiata de Santa Juliana, aunque la mayoría de su ceñido caserío corresponde a las diversas aportaciones arquitectónicas de los siglos XIV al XVIII. Baste decir que en ella hallaremos edificios medievales ( Torre del Merino, Torre de don Borja), renacentistas (Palacio de los Valverde) y barrocos (casonas de los Villa, de la archiduquesa de Austria, de los Valdivieso).

A pesar de esta diversidad de estilos, presenta la villa un aspecto armonioso y homogéneo, abriéndose a través de una única vía de acceso: la calle de Santo Domingo. A partir de aquí el casco viejo, que sólo tiene acceso peatonal, se bifurca en forma de "Y" en dos calles, una de las cuales desemboca en la Colegiata, el monumento religioso más importante del románico en Cantabria. Levantada sobre una antigua ermita en el siglo XII, conserva en su claustro la obra maestra del conjunto, por la excelente talla de sus capiteles. Santillana alberga entre sus piedras tres interesantes museos y, la posibilidad de degustar leche con bizcocho, típico en la villa. A dos kilómetros de Santillana se encuentran las Cuevas de Altamira. descubiertas en 1879 y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, encierran grabados policromos de bisontes realizados por el hombre del paleolítico hace 14.000 años. Su visita, restringida desde hace años, ha sido superada con la inauguración de una interesante réplica.

Abandonamos Altamira con dirección a Comillas, pasaremos por Cábreces, con una abadía cisterciense (donde se elabora un excelente queso) y bella playa. Comillas combina la tradición arquitectónica popular, representada en la plaza vieja, la iglesia parroquial y algunas casas del centro de la villa, junto a edificios notables levantados durante el periodo de esplendor que vivió bajo la tutela de los primeros marqueses. Cuatro edificaciones dominan en su trama urbana: el palacio neogótico de Sobrellano, residencia del marqués de Comillas, que acogió la estancia estival de los reyes en los años 1881 y 1882; el edificio conocido como el Capricho, de Gaudi, contiguo al palacio, de extraordinaria riqueza ornamental, y convertido en la actualidad en restaurante; el cementerio, con interesantes mausoleos modernistas y culminado por el famoso ángel de Llimona; y la monumental Universidad Pontificia, de estilo neogótico, con influencia mudéjar, de la que salieron notables arzobispos.

Siguiendo el itinerario llegaremos a San Vicente de la Barquera, villa marinera por excelencia, que representa una de las más bellas estampas del litoral español, con el excepcional fondo de las cumbres nevadas de los Picos de Europa. Posee San Vicente, un magnifico conjunto de playas, una puebla vieja, llena de encanto con iglesia, castillo y restos de una antigua muralla, además de característicos y antiguos puentes. su cuidada gastronomía marinera (pescados y mariscos) encuentra en el sorropotún ( variante de la marmita) su más tradicional preparación culinaria.