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Una de las rutas más completas y
atractivas que recomiendan los expertos excursionistas es la de los lagos.
El punto de partida es la población de Valle de Lago, no podía llamarse
de otra forma, donde encontraremos otro excelente mirador de Somiedo. A
Valle de Lago se llega por la carretera local que sale del centro de Pola
de Somiedo y atraviesa las aldeas de Coto de Buenamadre y Urría. el coche
hay que aparcarlo al final del camino y después conviene calzarse unas
resistentes botas que aguanten de 9 a 10 horas de caminata, ida y vuelta.
El esfuerzo merece la pena, porque las panorámicas de los lagos son
irrepetibles. El trayecto se puede hacer más corto si evitamos la visita
al lago del Valle y comenzamos la ruta cerca del alto de la Farrapona, una
carretera local que sale al norte de Pola de Somiedo, antes de el Castro,
y atraviesa las poblaciones de Veigas, Villarín, Arbeyales, Endriga, pare
para ver las iglesias de San Salvador, uno de los pocos monumentos de Somiedo
y Saliencia. A este mismo camino se puede acceder desde el pueblecito
leonés de Torrestío. Si toma este camino conviene hacer un breve alto a
la salida del segundo túnel, frente al área de descanso. Observe el
juego de cascadas que ofrece el río Saliencia a la altura del puente de
piedra que salva las cristalinas aguas. Las lagunas de origen glaciar que
aparecen son 5: Valle, con el solitario islote de Entreiro, Cerveriz, La
Mina, La Cueva y Calabazosa o Negro, la más profunda de Asturias y a la
vez la más elevada de todas, aprovechadas como fuente de energía hidroeléctrica.
Observe a la vuelta la típica forma glaciar de U del valle de Saliencia.
Si puede llevar un vehículo de apoyo sus pies se lo agradecerán. Sepa
que entre Saliencia y Torrestío encontrará un buen camino de tierra.
En la actualidad viven en estas tierras
asturianas cerca de 2000 personas, cuentan que hace unos años llegaron a
poblar los diferentes valles más de 6000 vecinos, repartidas en 35
pueblos y aldeas. Durante la temporada de mayo a octubre se unen al censo
unas 50 familias procedentes de los cercanos concejos de Salas y Belmonte
de Miranda que arrastran con sus ganados en busca de mejores pastos. Estos
ganaderos trashumantes, que apenas abandonan su tierra son los "
vaqueiros de alzada", un grupo de gente que ha sabido mantener
intactas sus costumbres. Otros que se dejan ver en verano por estos valles
son los pastores extremeños que acuden con sus rebaños de ovejas merinas
a Santa María del Puerto. Suelen estar por estas tierras de mayo a
mediados de octubre, antes de que llegue el frío, y antaño tardaban unos
24 días en llegar a Somiedo desde Cáceres. La actividad ganadera está
regulada al igual que sucede en tantos valles del norte en ciclos lógicos
con arreglo a las temperaturas de la estación; en verano el ganado pasta
en lo más alto de la montaña, y en invierno lo hace en el fondo de los
valles. La última ruta que aconsejan los expertos de Somiedo es la del
Camino Real del Puerto de La Mesa, conocido entre los paisanos por
carretera romana o " Camín Real", un trayecto que aprovecha un
buen tramo de la vieja calzada romana que comunicaba el interior asturiano
con Astorga y que formó parte de la Ruta de la Plata. Para llegar a ella
hay que tomar la carretera local que sale del pueblo de La Riera al puerto
de San Lorenzo y que pasa por las aldeas de Las Morteras y Orderias. Una
vez en el alto ( 1394 m.), verá un espectacular paisaje formado por las
tierras de los concejos de Somiedo y Taverga. Justo en este punto se puede
iniciar una larga caminata de 6 horas hasta el puerto de La Mesa.
Este camino alcanzó gran valor estratégico
en época de moros y cristianos como lo atestiguan ciertos documentos. Los
romanos se dieron cuenta de las excelencias orograficas del terreno y
diseñaron un camino que ha sido utilizado por numerosos pueblos y gentes
hasta nuestros días. Aquí logró una importante victoria el monarca
asturiano Alfonso II, aquel que más tarde caería ante las tropas de Abd
al-karim ibn Mugait. Cerca del pueblo de Miranda encontrará dos
indicaciones que le sitúan a 10 kilómetros de la calzada romana. El
tramo asturiano del " Camín Real" está señalizado con mojones
de piedra, algunos destrozados por el ganado, que aprovecha la
señalización para rascarse, y uno de los encantos de la ruta, además de
caminar por la bien cuidada calzada romana, es observar las abundantes
brañas repartidas cerca de la senda ( Montachales, Meirel, Raiz,
Busbarraz, Murias, La Corra y así hasta diez más ). Si tiene ocasión deténgase
en alguna de ellas y charle un buen rato con los ganaderos, le contarán
mil y una batallas de su duro trabajo y hasta es posible que encuentre a
alguien que haya tenido algún susto con los lobos o los osos. Cuentan que
el lobo es un animal huidizo del hombre y de los mastines que defienden el
ganado y que el oso es noble y juguetón y que sólo ataca cuando se
siente acorralado.
Todos estos detalles y muchas más cosas
seguro que las oirá mejor contadas de labios de algún pastor de la zona.
Acérquese a ellos y disfrute de sus vivencias. En la braña de La Corra
puede llenar la cantimplora en la fuente de Chagonera de fresca y rica
agua. En algunos puntos del camino también se observa otro tipo de
arquitectura popular de la zona como son los "horros" y las
"paneras", algunos con más de 100 años de vida. El horreo es
una construcción que ha perdido con el tiempo sus señas de identidad y
que muy pocos le sitúan dentro del paisaje asturiano, pero lo cierto es
que este almacén de granos y productos del campo es oriundo de estas
tierras y aquí en Somiedo mantiene sus autenticas esencias. Los
"horros" están sujetos al suelo por cuatro pilares de madera o
piedra llamados "pegollos"; y si el numero de columnas
excede de esa cantidad la construcción se llama "panera". Una
vez repasada la riqueza natural de Somiedo se puede completar la ruta por
el alto de San Lorenzo hasta La Plaza y San Martín de Teverga, con bella
colegiata de San Pedro, y continuar después a Pola de Lena por Caranga,
Bárzana y Colada. En Pola de Lena, cuna del dramaturgo Vital Aza hay que
detenerse ante la bella ermita prerrománica de Santa Cristina, a 3 kilómetros
del casco urbano, llamada de las esquinas por sus numerosos ángulos
rectos. También en La Plaza se puede bajar a la provincia de León por el
puerto de Ventana pata enlazar de nuevo con la A-66.
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