EL CAMINO DE SANTIAGO EN ASTURIAS 2

La Ruta de la Costa serpentea por todo el litoral, entre el río Deva, al oriente y el Eo, al occidente, a su paso por el concejo de Villaviciosa, la posibilidad de desviarse para visitar la ciudad de Oviedo y admirar, al igual que los peregrinos de antaño, las preciosas reliquias y joyas que atesora su iglesia catedral. Este largo recorrido se acerca y se aleja sucesivamente del mar y va engarzando en su discurrir playas de finas arenas, amplios estuarios y ríos, pequeños arroyos de aguas transparentes y evocadores nombres, sierras litorales desde las que se goza de espléndidas vistas panorámicas y la practica totalidad de las villas marineras de Asturias, donde la historia y el arte se aúnan  con el folklore y la más variada y sabrosa de las gastronomías. Villas en las que la huella de lo jacobeo sigue aun indeleble en las casas y capillas de sus antiguos hospitales para peregrinos, en las advocaciones e imágenes de sus iglesias y capillas y en las tradiciones y fiestas locales. Procedente de Cantabria, el Camino de la Costa entra en Asturias salvando el curso fluvial del Deva por el puente de Bustio, tendido entre Cantabria y Asturias. Atraviesa seguidamente Colombres, capital del concejo de Ribadedeva, una tranquila villa donde se levantan suntuosos chalets de indianos, como la Quinta Guadalupe, hoy sede del Archivo de Indianos. Desde la ermita del venerado Santo Cristo del Camino el peregrino divisa ya la villa de Llanes. Llanes presenta un rico patrimonio histórico, con parte de sus murallas y edificios de época medieval, bellos palacios urbanos de los siglos XV-XVIII, como la casa de Ribero o El Cercau, y la capilla, muy reformada, del hospital de San Roque. A la salida del concejo, el Camino visita el monasterio de San Salvador de Celorio y la iglesia románica de San Antolín de Bedón. Superada la hermosa localidad indiana de Nueva, que conserva la capilla de su antiguo hospital, y el puente del Aguamía, alcanza la villa de Ribadesella, cuyo casco antiguo está situado en la margen derecha de la ría del Sella. La ruta jacobea sigue el trazado de la antigua calle Mayor hasta la plaza de la iglesia parroquial de Santa María, edificada sobre el primitivo templo románico, en cuyos aledaños se ubicaba el hospital de San Sebastián. Hoy por un puente, antaño en barca, se llega al arenal de Santa Marina, desde principios de siglo cuidada zona residencial cuajada de vistosos chalets y nucleo del turismo del concejo, desde donde el Camino se dirige a San Pedro de Llama, Abeo y Leces, donde hay una albergue de peregrinos. El Camino abandona el concejo de Ribadesella por el lugar de Vega, su extensa playa y Berbes. Recorre a continuación, arrimado al mar, la costa del concejo de Caravia y desemboca en la playa y venta de La Espasa, ya en términos del concejo de Colunga. Colunga preserva la capilla de su antiguo hospital y la parroquial románica. De nuevo en marcha, jalonan el paso de la estrada jacobea las iglesias de San Pedro de Pernús y San Antolín de la Llera, en el concejo de Colunga, y el templo prerrománico de San Salvador de Priesca y el románico de Santa María de Sebrayo, en el de Villaviciosa. Cuenta este ultimo concejo con magníficos ejemplos de arquitectura religiosa medieval, ya en Villaviciosa capital, se encuentra Ntra. Sra. de la Oliva, iglesia protogotica, cercana a la cual estuvo el hospital de Sancti Spiritus. La actual parroquial ocupa la iglesia del antiguo convento de San Francisco, al igual que el vecino de Santa Clara. La villa conserva un pequeño retazo de sus murallas medievales y buenas casas solariegas de los siglos XVii-XVIII. Alcanzando el lugar de Casquita, el caminante puede optar por realizar dos itinerarios diferentes: encaminarse a Gijón o dirigirse a Oviedo. Si elige la primera alternativa, la Ruta de la Costa prosigue su andadura por Grases y Niévares, y acomete la subida del cordal de Peón. A su bajada va en busca de la ciudad de Gijón, a la que se aproxima por las parroquias de Deva y Cabueñes, donde se levanta la Universidad Laboral. Entre el cerro de Santa Catalina y la famosa playa de San Lorenzo, se extiende la populosa y cosmopolita ciudad de Gijón. Restos del viejo enclave son sus murallas y termas romanas, junto a la parroquial de San Pedro, así como sus residencias palaciegas de época moderna, Palacio Valdes, palacio de Revillagigedo , torre de los Jove-Hevia y casa natal de Jovellanos. En dirección a la ciudad de Aviles, recorre las feligresias de Santa Eulalia del Valle y San Juan de Tamón, en Carreño y la de San Vicente de Trasoria, en el vecino concejo de Corvera. Situada a orillas de la ría de su mismo nombre, el Camino se introduce en el casco antiguo de Aviles, por la calle del Rivero, donde hubo un hospital de peregrinos. De Aviles pasa al concejo de Castrillón, donde atraviesa Quiloño, Pedras Blancas, la capital municipal, y Santiago del Monte. Se dirige seguidamente al río Nalón, cuyo cauce supera, en términos del concejo de Soto del Barco, por el puente de la carretera N-632, situado a los pies del castillo medieval de San Martín, donde aun se conserva la barquería que antiguamente vadeaba el río. En la otra orilla el Camino cruza Muros, deslizándose ante la monumental portada plateresca del palacio de Valdecarzana. Continua, ya en tierras del concejo de Cudillero, por los lugares de El Pito, donde se encuentra el magnifico conjunto arquitectónico de los Selgas, y Soto de  Luiña, donde pasa entre la iglesia barroca de Santa María y la casa del hospital de Ntra. Sra. del Rosario, edificio del siglo XVIII y hoy Casa de Cultura. Por el denominado Camino Real de las Palancas, la senda compostelana se levanta sobre la rasa costera para disfrutar de un espléndido paisaje y hace su arribada al concejo de Valdés. Llega al lugar de Canero, efectúa el paso del río Esva y se dirige a Barcia y Luarca, capital del concejo de Valdés. Regada por las aguas del río Negro, Luarca conserva viejas casas blasonadas y bonitas construcciones indianas. Junto a su parroquial de Santa Eulalia, templo historicista que sustituye a la primitiva iglesia medieval, estuvo el hospital de Santiago. Nuevamente en marcha, por una empinada cuesta, el Camino se acerca a la vieja iglesia de Santiago de Arriba y al lugar de Taborcías, con magnifico palacio, siguiendo por los llanos términos de la parroquia de Otur, para tras cruzar el río Barayo, adentrarse en el concejo de Navía.  En la parte alta de Navía, que estuvo amurallada, se conservan algunas edificaciones de época moderna; en el ensanche se ubican bellos palacetes de indianos. La iglesia parroquial, de estilo neogótico, se halla al final de la antigua calle Real. Una vez rebasada la ría de Navía, el Camino recorre, en rápido transito el concejo de Coaña, recalando en el Hospital y capilla de Santa Ana en Jarrio y en el lugar de Cartavio, antes de aventurarse por el concejo de El Franco, cuya capital La Caridad atraviesa. El centro de La Caridad lo constituye su parque jardín, entorno al cual se levantan viejas casas tradicionales y el ayuntamiento; aneja a la parroquial se haya la iglesia barroca de San Miguel de Mohices. Cuenta con albergue. Tras visitar los lugares de Valdepares y El Franco, la ruta franquea el río Porcía, limite entre los concejos de El Franco y Tapia de Casariego. Un ramal del Camino conduce a Tapia de Casariego, capital del homónimo concejo, que dispone de albergue. Se prosigue por Tol, en donde el Camino se desgaja en tres ramales. Uno se encamina a Lantoira y abandona el termino municipal de Castropol por Vilavedelle. Ya en tierras del concejo de Vegadeo, salva el río Suarón, por el puente de la Galea y entra en su capital. A orillas del río está el parque del Medal, rodeado por la iglesia parroquial y el Ayuntamiento. Por fin se llega al río Eo, que se vadea por el puente del Fornacho, sustituto de otro anterior medieval, en Santiago de Abres, la ultima población que ve pasar el Camino de la Costa. El otro se dirige a Figueras, bonita localidad marinera enclavada en la margen derecha de la ría del Eo. El tercero llega a la villa de Castropol, recientemente propuesta como Conjunto Histórico por las magnificas y bien cuidadas muestras arquitectónicas que alberga. Ambas contaron históricamente con hospital de peregrinos. Desde ellos puede cruzarse la ría, como antaño, gracias a un servicio de que regularmente efectúa el paso a Ribadeo, primera localidad gallega que recibe al Camino de la Costa.