SIERRA DEL MAESTRAZGO 1


Recorrer la comarca del Maestrazgo con cierta lógica y sentido supone un estudio previo de todas las posibilidades que ofrece este amplio rincón de las provincias de Castellón y Teruel. Una mala planificación del viaje o una improvisación puede suponer pasar por alto un bello paraje o ignorar un punto de interés. Por ello, a los aficionados en descubrir los tesoros culturales y naturales del país les proponemos en esta ruta bastante atención por la complejidad y extensión de la misma. El nombre del Maestrazgo tiene dos versiones históricas, a saber: para unos puede proceder de los maestres de campo que instauró el monarca Carlos I con el fin de dirigir los famosos tercios que tanta gloria dieron a España; para otros, la etimología correcta tiene su origen en algún maestre de una orden militar, quizá la de Montesa, que se asentó en estas tierras, límites de Aragón y Valencia. Cualquiera de las dos versiones puede ser valida e incluso coetáneas en el tiempo. Para entender turisticamente el valor del Maestrazgo es recomendable conocer además la ruta del Bajo Aragón, donde se habla de las actuales capitales del bajo y alto Maestrazgo, San Mateo y Morella, respectivamente. En esta ocasión, la ruta se inicia a 22 kilómetros de San Mateo, en la localidad castellonense de Albocácer, antaño perteneciente a la orden de Montesa, que atesora un interesante patrimonio monumental, como la iglesia parroquial de la Asunción, del siglo XVII, el ermitorio de San Pau, con una famosa y espectacular hiedra que es la envidia de toda la comarca, y sobre todo, un paraje muy particular, el barranco de la Valltorta, con pinturas rupestres de alto interés mundial. Catí es nuestra siguiente referencia en la ruta.

Se encuentra al norte de Albocácer y tiene fama de ricos turrones artesanos y buenas aguas medicinales que curan los problemas de la piel. El balneario se llama Lavellá, a 5 kilómetros del pueblo, y está ubicado en un pintoresco paraje, ideal para el reposo. De Catí el viaje continua a Benasal por la carretera que pasa por Masia de Gatellá, Masia de Segarra de Arriba, Villar de Canes y Torre de Embesora. A pocos kilómetros de este punto se encuentra un curioso fenómeno botánico, una carrasca declarada árbol monumental de la Comunidad Valenciana. Impresiona su tamaño y su edad. Siguiendo la carretera se alcanza enseguida la localidad de Culla, a mil metros de altitud y después la de Benasal, con una completa red de alojamientos debido al balneario de Fuente En Segures, donde se curan afecciones renales. El pueblo dispone de tres hoteles, cuatro hostales y 1500 vecinos. La puerta de La Mola, perteneciente al recinto árabe, los museos de arte religioso y arqueológico y el mural alegórico al 750 aniversario de la Carta de Población de la plaza del Ayuntamiento merecen una atención. En la Masia de Montalbana, ya en la carretera de Ares del Maestre, se encuentra otro punto de concentración de interesantes pinturas rupestres. Estas se localizan en el barranco Gasulla y en la cueva Remigia. El guía que las enseña es el mismo que el de Albocácer. Ares del Maestre es un pueblo de postal, con las casas apiñadas al pie de la mole que en su día coronaba un fuerte castillo, conquistado por Jaime I cuando Valencia era un reino. 

Villafranca del Cid es el último pueblo de Castellón por esta parte del Maestrazgo y La Iglesuela del Cid el primero de Teruel. Disfrute de la monumentalidad de su casco urbano, del que destacan la iglesia de la Purificación, la Casa del Santuario, el Ayuntamiento y el taller artesano que todavía se dedica a elaborar mantas de lana de las de antes, de esas que siempre hemos conocido a nuestra abuela. A las afueras se encuentra la ermita de la Virgen del Cid, gótico-barroca del siglo XVI, nombrada monumento nacional. En La Iglesuela conviene abandonar la a-227 y tomar la carretera a Portell, Cinctorres y Forcall. La primera conserva una plaza de toros de piedra adosada en parte a la vieja muralla; en la segunda conviene darse una vuelta por el pueblo y visitar el Palacio dels Sants Joans, con su magnifico suelo de cerámica, decorado con elementos zoomórficos, y en el último, todavía en tierras levantinas, no deje de recorrer algunos de sus monumentos, como la plaza Mayor, el palacio de Osset, el Ayuntamiento o la iglesia parroquial. Forcall conserva activa la tradición de la elaboración de alpargatas de cáñamo, igual que el pueblecito de La Mata, a 8 kilómetros, por la carretera de Mirambel. También ofrece una amplia gama de platos típicos, como ternasco trufado, el conejo con caracoles de monte o la olla de Frocall. Dos kilómetros más adelante se conecta con la carretera procedente de Morella, desde la que se observa una bonita vista del pueblo. A este municipio llegan las aguas de varios arroyos y ríos como el Bergantes, que nos acompañará hasta Aguaviva, el Morella y el Celumbres. Los dos últimos alimentan el caudal del primero que se encajona de forma admirable, formando bellos barrancos a lo largo de la tortuosa carretera que nos introduce en una de las zonas más interesantes de esta comarca.

Curvas y contracurvas y límites de velocidad reducidos son las características de este sector del Maestrazgo. Villores también se dedica a la fabricación artesanal de alpargatas de pincho, catalanas y de copete y en Zorita hay que detenerse obligatoriamente en el santuario de la Virgen de Balma, 3 kilómetros pasado el pueblo. Desde la carretera, la primera impresión que ofrece este lugar es de asombro, agarrado, no se sabe muy bien cómo, a las rocas, de las que sobresale el campanario que parece estar colgado de las paredes del Bergantes. Arriba encontrará, además, una hospedería. Otros mágicos lugares de Zorita son Fonts Calents, la playa del Maestrazgo, que así se le conoce, el monte de San Marcos, la gruta de la Masia Planenc y el barranco de Pardos. Lo siguiente ya pertenece a la Comunidad de Aragón, se trata de Aguaviva, cruce de caminos a diferentes puntos del Bajo Aragón. Nuestro objetivo es Mas de las Matas y después Alcorisa, ya en la N-211 (Alcolea-Alcañiz-Lérida).