SIERRA DE GUARA 2
De Bierge se toma el desvío de la
derecha que sube hasta Rodellar, el último pueblo de Guara por esta
parte. La carretera se llena en otoño de gentes buscando níscalos o
rovellones, que los hay muy buenos por la zona. Los parajes son espléndidos
y al poco de empezar el recorrido, se entra en el sector de los estrechos
de Balces, profundos barrancos labrados por el río Isuala. poco antes de
alcanzar la aldea de Las Almunias se cruza por el barranco de Balces, kilómetro
15,5, La carretera asfaltada finaliza en Rodellar, aldea de algunos vecinos en primavera y otoño, muchos en verano y casi ninguno en invierno. A la entrada y salida del pueblo hay instalados paneles informativos para no perderse nada del lugar. Lo recomendable es subir al barranco del río Mascún o bajar hasta sus aguas. Un a senda de piedra, marcada con flechas verdes, orienta el camino. La mejor panorámica se observa desde la ermita de la Virgen que aparece en lo alto, una vez pasada la indicación de paraje pintoresco. A partir de aquí, una serie de sendas permiten, sin mayor problema, conocer otros rincones de este sector, como los barrancos del Mascún superior e inferior, el de Raisin, el de Otin y entrar en otra dimensión, en la de los caprichos geológicos labrados por la naturaleza, el agua y el viento. Las Ventanas, la gruta de la fuente del Mascún, la Ciudadela, la Cuca de Bellostas o el Pitón del Cuervo son algunos de los nombres y parajes de esta zona. Anote que debe ir preparado en función de la época elegida para la excursión. Muchos de los barrancos que hemos conocido y que conoceremos son accesibles a pie, pero eso sí, se necesita un afán de aventura especial, unos conocimientos previos del barranquismo y una perfecta guía de la zona. La primavera y el verano son las mejores épocas para descender hasta el fondo de los tajos, el otoño, en cambio, si ha sido lluvioso, puede ser un periodo peligroso. Una vez visto el bello entorno de Rodellar, hay que desandar el camino y volver a Bierge para continuar la escapada por Morrano, dos pistas a la derecha, una vez pasado el pueblo, conectan con los barrancos de la Peonera, formados por el río Alcanadre, Yaso, Bastaras, Panzano, Aguas, Coscullano y Bandalies. Este itinerario se puede aprovechar para conocer el cañón del río Formiga y el barranco de Yara, y también para acercarse al sector del río Guatizalema y embalse de Vadiello. Para acceder al primer punto hay que tomar una senda que parte junto al puente del río Formiga, una vez pasado el pueblo de Bastaras; y para alcanzar la segunda propuesta basta con tomar la carretera-pista que sale a la derecha después de pasar por la localidad de Aguas y una vez superado el cruce de Ibieca. Si prefiere pasar por alto esta parte del recorrido, no lo aconsejo, es preferible en Bierge bajar hasta Abiego, pregunte por la fuente de la Farmiñosa, de la que brotan aguas curativas para las vías respiratorias, y después enlazar con la N-240. El camino es más rápido y con menos curvas. En ambos casos la localidad de referencia debe de ser Loporzano, punto de entrada para visitar la última parte de la sierra de Guara: Guatizalema, Valdiello, Val de Onsera y Salto de Roldán, la zona más espectacular del viaje. Para llegar al embalse de Valdiello hay que
cruzar por los pueblos de Sasa del Abadiano, dejar a la derecha la aldea
de Castilsabas y La Almunia y proseguir hasta el final, donde aparecen las Si el final del viaje se decide hacerlo en Huesca, recuerde pasarse por tres sitios: la catedral, con su magnifico retablo de alabastro del maestro Damián Forment, sólo superado por el de la iglesia de San Nicolás de Bari, de Burgos, la parroquia románico-mozárabe de San Pedro, con bello claustro del siglo XII y el museo Arqueológico Provincial, en cuyos subterráneos todavía se recuerda la leyenda de la famosa campana. La historia habla de este suceso en los siguientes términos. Ramiro II el Monje se proclamó rey de Aragón al morir su hermano Alfonso I el Batallador. Esta decisión le enfrentó a la Santa Sede y a los más influyentes nobles del reino que le obligaron a renunciar al trono, refugiándose en la comarca de Ribagorza y en Cataluña. Cuando Ramiro I volvió a tomar el poder de Aragón, mandó ejecutar a los principales nobles rebeldes y ordenó que sus cabezas colgaran de la campana de la catedral de Huesca, como advertencia al resto de la nobleza. |