El viaje continua por la N-232 hasta el cruce de Torre Miró, en el alto del mismo nombre, desde el que se aprecia la grandeza de las montañas de los Puertos de Beceite y las tierras del Maestrazgo, y continua después a la derecha por Herbés, última localidad valenciana de la ruta. El paraje que rodea el santuario de la Virgen del Sargar es lo más hermoso del municipio. A 20 minutos se encuentra Peñarroya de Tastavins, con dos lugares de interés situados a las afueras: el ermitorio de la Virgen de la Fuente, declarado Monumento Nacional y las rocas del Mas Mut, punto de encuentro de aficionados a la escalada. Más adelante queda Fuentespalda, con sus ermitas dieciochescas de San Miguel, Santa Bárbara y San Pedro Mártir y su coveta del Aigua, gruta que guarda un rico manantial. Una excursión al embalse de Pena es otra posibilidad, se puede acceder desde una carretera que sale a la derecha, poco antes de Valderrobres. Por cierto, seguro que cuando vea la fachada del Ayuntamiento de este pueblo se preguntará: ¿donde he visto antes este edificio?, la respuesta la encontrará en el Pueblo Español de Barcelona, donde existe una reproducción de la portada renacentista. Valderrobres es el pueblo más importante de esta parte norte de la ruta y también uno de los más monumentales. Junto a la casa consistorial, conviene no pasar por alto la iglesia de Santa María la Mayor, gótica, como el castillo, dedicado ahora a conciertos y exposiciones y la ermita de Todos los Santos, a las afueras.

Vallderrobres ofrece también la posibilidad de múltiples excursiones cortas, como mucho 45 kilómetros, ida y vuelta, a pequeñas localidades como La Fresneda, de gran valor monumental, La Portellada, con una espléndida cascada del río Tastavins, El Salt de la Portellada, de 20 m. de caída; Ráfales con atractivas vistas panorámicas desde la carretera y Horta de Sant Joan, dentro de la provincia de Tarragona, donde unos recientes estudios han descubierto la ciudad templaría más importante del país. A Valderrobres llegan las aguas de los ríos Uldemo, Matarraña y Pena que forman un único caudal que da nombre a la comarca del Bajo Aragón, Matarraña. Si aún le queda pendiente la visita al pantano de Pena tiene también la posibilidad de llegar a él a través del pueblo de Beceite. Aquí lo más fotográfico y visitado es el llamado Parrizal, un angosto paso labrado por el Matarraña, en el que abundan las pozas de aguas cristalinas-esmeralda, las cascadas y las truchas, todo ello rodeado de tranquilidad y altas paredes. Un autentico monumento natural que en las manos de todos está su conservación. Se accede por una pista de 6 kilómetros que parte del centro del pueblo. Los lugareños de Beceite también le hablaran de las excelencias de otros lugares como La Pesquera, las grutas de La Felguera y El Petró. Pregunte por ellas.

El viaje continua por la Reserva de Caza de los Puertos de Beceite a través de Cretas, con su famoso barranco de Calapatá y Calaceite, uno de los pueblos más bellos de la Comunidad Autónoma. La villa está declarada conjunto histórico-artístico y eso ya es una garantía para hacer un alto. No se pierda nada: la iglesia, el Ayuntamiento, las calles, las capillas del Pilar y San Antonio, los restos iberos, a las afueras, y muchas cosas más que forman parte de las señas de identidad del pueblo. Tanto Alcañiz como Tortosa son las referencias para finalizar el recorrido por el Bajo Aragón, e incluso ambas visitas son compatibles dentro del mismo itinerario. Para alcanzar la ciudad tarraconense basta con seguir la carretera de Valderrobres a Prat de Compte y luego enlazar con la que pasa por Xerta, Aldover y Jesús, camino que discurre paralelo al río Ebro; o bien seguir por la N-420 (Córdoba-Cuenca-Tarragona) hasta Gandesa. Una vez en Tortosa se puede aprovechar la ocasión para recorrer el parque natural del Delta del Ebro. los puntos de referencia son Amposta, Sant Carles de la Rápita, Deltebro y Ampolla y el recorrido total, ida y vuelta, es de 75 kilómetros.

De nuevo en el Bajo Aragón u una vez en la ciudad de Alcañiz, a 38 kilómetros de Calaceite, seguro que algún vecino de la localidad nos recordará que el mejor aceite del mundo se elabora aquí, aunque a este respecto los habitantes de la población leridana de Les Borges Blanques opinan lo mismo del suyo. Que se sepa, Alcañiz, de origen árabe, debe su nombre a las abundantes cañas o cañizo que hubo antaño en el lugar y guarda parte del patrimonio monumental de Aragón. lo mejor lo encontrará en el castillo-palacio de las Comendadoras, actual parador, en el templo de Santa María la Mayor, en el Ayuntamiento, lonja gótica, y en la ermita de los Pueyos. Lo recomendable es visitar la villa en Semana Santa para disfrutar del sonido de sus tamborradas, tan famosas como las del cercano pueblo de Calanda, patria chica de Luis Buñuel. Las nacionales 211 ( a Lérida), 232 ( Vinaroz-Santander) y 420 (Córdoba-Cuenca-Tarragona) nos facilitan el camino de regreso a casa.