UN PASEO POR LA TIERRA BAJA DE TERUEL


Alcañiz, a orillas del río Guadalope,  es una de las principales capitales aragonesas. El impresionante patrimonio que alberga el municipio no puede recogerse en tan solo unas líneas. La plaza de España, bello conjunto medieval donde se localiza la lonja y el edificio del Ayuntamiento, obra maestra del renacimiento; la ex colegiata de Santa Maria la Mayor, grandioso templo que combina trazos barrocos con influencias mudéjares; el castillo de los Calatravos, transformado en la actualidad en Parador de Turismo. Entre sus elementos destaca la gótica Torre del Homenaje, ornamentada con bellas pinturas murales del mismo siglo XIV. Próxima a Alcañiz se localiza la alberca de la Estanca, enclave idóneo para la practica de deportes náuticos. En la cueva del Val del Charco del Agua Amarga visitaremos una gruta con sensacionales pinturas rupestres.

Nuestro siguiente destino, Calaceite, se localiza tomando la N-420 en dirección a Cataluña. Hermosa villa que rezuma historia labrada en piedra. Calaceite ofrece al viajero múltiples opciones estéticas, desde la barroca iglesia de la Asunción, de monumental fachada, pasando por la ermita de San Cristóbal y terminando por el yacimiento ibero de San Antonio, donde se han extraído numerosas piezas arqueológicas correspondientes al siglo V antes de Cristo. Por la carretera A-143 nos acercamos a Cretas, lugar conocido por su interesante arquitectura civil. Además de la iglesia gótico-renacentista de la Asunción, el barranco Calapatá alberga otra muestra de pinturas rupestres. A Valderrobres accederemos por el puente medieval de San Roque, sostenido por arcos ojivales. Su entramado urbano está compuesto por callejuelas estrechas y sinuosas que suben en busca de los dos edificios más emblemáticos: el castillo, el más artístico de todos los castillos provinciales, y la iglesia de Santa Maria la Mayor, extraordinaria muestra del gótico turolense, cuya portada se adorna con un sensacional rosetón. Poco más allá, la carretera A-2412 nos conduce a la población medieval de Beciete. Arquitectura y paisaje se combinan de forma extraordinaria. Todo el conjunto urbano merece ser visitado. A corta distancia se encuentra una autentica joya de la naturaleza: el Parrizal. Paraje natural refugio de la cabra hispánica. Cortados y barrancos, surcados por numerosos cursos de agua convierten a esta zona en un entorno privilegiado. Dejando atrás esta maravilla, tomaremos la carretera A-231 hasta llegar a La Fresneda. Resulta interesante conocer el barrio de la judería, y descubrir una de las casas consistoriales más depuradas de la provincia. Siguiendo camino, poco después encontraremos Valjunquera, donde destaca la iglesia de San Miguel, del siglo XVII.

Adentrándonos en una campiña salpicada de suaves lomas y cultivos de almendros y olivos, salimos a la N-211. En Calanda, donde nació el cineasta Luis Buñuel, al igual que en otras poblaciones de la zona, la Semana Santa rememora la Pasión de Cristo con estruendo de la percusión cuando se "rompe la hora". En Alcorisa, villa de origen prerromano, sobresale el templo de Santa Maria la Mayor, con estilizada torre de influencias mudéjares. Nuestro recorrido termina en Molinos, municipio a caballo entre el Bajo Aragón y el Maestrazgo, es otro de los tesoros ocultos de la provincia. La iglesia parroquial del siglo XV, de estilo gótico; la Plaza Porticada; el Torreón Medieval, del siglo XII; la Casa del Concejo, del siglo XVI; la Casa del Moro... todos ellos declarados Monumentos Histórico-Artístico. En los alrededores del pueblo se encuentran las grutas de Cristal, donde podremos encontrar formaciones de estalactitas y estalagmitas situadas en paredes y techos.