MEDINA SIDONIA (CÁDIZ)


Aquí en Medina Sidonia se toma vino de Chiclana y de Jerez y, al contrario de lo que sucede en otros lugares, la remonta (la subida desde la costa) le siente muy bien. Hay que probarlo en los pequeños bares de Ariza o Lorenzo, que tienen antiguas barricas para avejentarlo.

Pero si el vino es famoso no lo son menos los productos gastronómicos, y de ello da prueba la gran cantidad de ventas que hay por los alrededores, seguramente la mayor concentración de ellas de toda Andalucía. Las ventas, vacías casi en días de diario, se ponen a rebosar durante los fines de semana con gentes que llegan de Cádiz o Jerez a probar venado, gazpacho, lomo a la manteca y, sobre todo, platos de caza. La lista es interminable y cada una suele tener su especialidad: Ventorrillo del Carbón, comida casera; Los Cuatro Caminos, revuelto de espárragos trigueros; La Duquesa, platos de caza; El Soldao, arroz; La Cabrala, El Frenazo, Junco-Negro....todas fresquitas por dentro y con un sol de justicia fuera.

En los cruces de caminos de los alrededores se venden caracoles (de mayo a junio) y espárragos y tagarninas (en octubre y noviembre).

aunque ésta es una ruta de ventas, también lo es del toro, como proclaman algunos carteles por la carretera. Aquí se pueden contemplar, pastando tranquilamente, magníficos ejemplares de reses bravas pertenecientes a famosas ganaderías que de siempre se han dedicado a los toros de lidia.

Medina Sidonia es un enclave monumental con estrechas calles en cuesta y un cierto aire árabe, al que contribuyen la muralla almenada y las puertas de la Pastora, de Belén y del Sol. Con las piedras de su castillo se construyó la catedral de Cádiz, y su iglesia de Santa María la Coronada alberga un retablo de madera que oculta otro exactamente igual de piedra.

La mejor vista de la población se obtiene desde el cortijo Pocasangre, donde la ciudad se asemeja a un barco cuyo palo mayor sería la torre. De la cercana Alcalá de los Gazules sale gran parte del venado que se toma en las ventas gaditanas. Su plaza es conocida como la playa, porque la gente acude a tomar el sol. Más allá, uno de los parajes más bellos de la provincia: el parque natural de los Alcornocales.