LA SUBBÉTICA CORDOBESA

A Zuheros, inicio de la ruta y una de las puertas naturales de acceso al Parque Natural de las sierras Subbéticas, situado en el corazón de Andalucía, se llega desde Córdoba o Jaén por carreteras vecinales que parten de la N-432 en las inmediaciones de Baena.

ZUHEROS.- Como en casi todas las poblaciones de la comarca, Zuheros vive colgado de su castillo. Fue tierra de frontera del reino de Granada. Su pasado andalusí es más que evidente, como lo prueba la arquitectura local, con casas encaladas de dos alturas y calles estrechas. El castillo de Zuheros se empezó a erigir en el siglo IX y fue objeto de sucesivas reconstrucciones hasta el siglo XII. Frente al núcleo militar del castillo, la torre y la plaza de Armas, los señores de Zuheros edificaron un palacio, hecho de acuerdo a los cánones renacentistas, del que se conservan algunos restos. Al lado de la fortaleza se encuentra la iglesia parroquial de la Virgen de los Remedios, del siglo XVI. Junto al castillo, al principio de una calle que parte de la plaza, está la cueva de los Murciélagos y se muestran piezas de interés, como herramientas de piedra halladas en las inmediaciones de Zuheros, restos de piezas de cerámica, monedas, diferentes objetos de  la vida cotidiana de hace siglos y una escultura romana. Zuheros cuenta con tres excelentes miradores: los del Bailón, las Escominillas y la Villa, que regalan unas amplias panorámicas sobre el desfiladero del Bailón y los campos de olivares de Baena. A todos estos atractivos se suma la cueva de los Murciélagos, un importante yacimiento arqueológico del neolítico, en cuyo interior destacan varias pinturas rupestres, un enterramiento humano y salas repletas de estalactitas y estalagmitas. Para llegar a la cueva de los Murciélagos, que se encuentra a casi 1000 metros de altitud, hay que buscar, a la salida del pueblo, una carretera bien señalizada que toma rumbo ascendente.

LUQUE.-  Hay una estrecha y mal señalizada carretera que parte desde Zuheros hacia Luque. Éste es quizá uno de los pueblos más antiguos de la comarca, coronado por los restos de su castillo, bautizado por la gente como El Venceaire. En Luque destaca la iglesia renacentista de la Asunción, con llamativos artesonados, situada en la plaza de España. También tiene interés su ermita del Castillo, a los pies de éste.

PRIEGO DE CÓRDOBA.-  Desde Luque hay que tomar la carretera CV-72 que, por las poblaciones de El Esparragal, Zagrilla Alta y Zagrilla Baja, conecta con la  A-340 y con Priego. Gozo en el pasado de un potente sistema defensivo. En la cota más alta de la ciudad se halla el castillo, simple, funcional y, según dice la historia, eficaz ante los ataques. En el sector contiguo al castillo sobresale el barrio de la Villa, de sinuoso trazado y calles estrechas, con rincones tan recoletos como la plaza de San Antonio. Detrás del barrio de la Villa se encuentra el Adarve, un mirador desde el que se obtienen buenas vistas de los alrededores. Junto al castillo, en la plaza donde se celebra los sábados el mercadillo, se encuentra la iglesia de la Asunción. En ella sobresale la capilla del Sagrario, una obra maestra del barroco. También merece la pena visitar la iglesia de la Aurora y la de San Francisco. Para completar la visita a Priego se recomienda hacer el trayecto que conduce por la calle Río hasta la fuente del Rey.

CARCABUEY.-  Saliendo de Priego por la A-340 en dirección a Cabra, la ruta  continua hacia Carcabuey, sede de la Mancomunidad Subbética. En el kilómetro 67 aparece un desvío a la izquierda que toma la carretera CP-30. Al llegar a Carcabuey hay que subir por la calle de la Virgen hasta la ermita de Nuestra Señora del Castillo, la patrona de la localidad. A los pies del cerro del Castillo se encuentra el templo parroquial de la Asunción. Otro apetecible paseo consiste en subir hasta la ermita del Calvario, a la que se llega desde una pista de arena que arranca en la calle del Calvario. De vuelta a la A-340, en el kilómetro 57, justo al coronar el puerto del Mojón Alto, se encuentra el Centro de Interpretación del Parque Natural de las Sierras Subbéticas.

CABRA.-  La carretera continua en leve descenso hacia Cabra. Enseguida, por la derecha, aparece el desvío hacia la ermita de Nuestra Señora de la Sierra, corazón espiritual de la comarca. La carretera que lleva hasta ella, la CP-115, se prolonga a través de 7 kilómetros de ascenso hasta los 1.217 metros de altitud, en los que se halla el santuario, uno de los mejores oteros de toda la Subbética. La ermita, donde se celebra la romería de los Gitanos, esta atendida de forma permanente por un santero. Obviamente, hay que desandar el camino, recorrer los 7 kilómetros de vuelta y seguir, por la A-340, en dirección a Cabra. Una vez en Cabra, ciudad que descansa en una   hondonada al pie de las estribaciones occidentales de las sierras Subbéticas, no hay que dejar de visitar el barrio medieval del Cerro y el barrio de la Villa. Un recorrido por la ciudad, lugar de nacimiento de Juan Valera, debe arrancar en la plaza Vieja, antes plaza Mayor, frente al castillo de los Condes de Cabra, en la parte más alta de la ciudad; se aconseja hacer una visita a la fuente del Río, donde se cobija la imagen de la patrona, la Virgen de la Sierra. En Cabra no faltan iglesias, casas-palacio ni edificios singulares, como la plaza de toros. La parroquia de la Asunción y los Ángeles es conocida como "la mezquita del barroco" por combinar las proporciones del oratorio musulmán original sobre el que se construyo con las formas características del barroco cordobés. Pero para saborear al máximo la huella de este estilo arquitectónico en Cabra hay que llegarse a la iglesia de San Juan de Dios, con un interesante interior barroco lleno de excelente imagineria.

LUCENA.-  A Lucena se llega saliendo de Cabra por la A-340, a poco más de 10 kilómetros. En el pasado fue una de las pocas poblaciones netamente judías de Al-Andalus, siendo el comercio su más importante actividad económica. El corazón de la ciudad es el castillo del Moral, sede actual del Museo Arqueológico y de la oficina de turismo. En Lucena se encuentra una de las grandes joyas del barroco cordobés, la iglesia de San Mateo, de tres naves, con estructura gótico-mudéjar, el lugar de culto más antiguo de la ciudad, edificado sobre una mezquita que, probablemente se asentaba sobre una antigua sinagoga. No debe dejar de visitarse en su interior la capilla del Sagrario.

RUTE.-  Desde Lucena hasta Rute hay unos 20 kilómetros por la A-331. El camino discurre entre lomas sembradas de olivos y las sierras de Rute y de la Horconera al fondo. Esta carretera atraviesa uno de los escasos iros de la zona, el Anzur, en cuyo cauce se pueden apreciar algunas muestras de vegetación de ribera. Rute es un pueblo rico en lo monumental y lo arquitectónico, con iglesias como la de Santa Catalina, la capilla de San Sebastián, la iglesia parroquial de San Francisco de Asís y diferentes ermitas. Tras la epidemia de filoxera del siglo pasado, la industria vinícola local se reconvirtió en anisera y licorera. Para saborear esta realidad de Rute, nada mejor que visitar el Museo del Anís. En la localidad hay además una intensa actividad gastronómica, de la que dan buena cuenta sus numerosos establecimientos de exposición y venta de productos gastronómicos, como mazapanes, mantecados, turrones y jamones.

IZNÁJAR.-  Por la A-331 hay unos 13 kilómetros de Rute a Iznájar. La carretera es una sucesión de subidas,  bajadas y curvas, desde algunas de las cuales se atisba el embalse de Iznájar. La localidad se asienta sobre un cerro dominado por el castillo y es, junto con Zuheros, uno de los pueblos más pintorescos de la zona. A cualquier hora del día pueden verse mulos cargados con aperos típicos. Lo mejor está en la parte alta del pueblo, donde se encuentra el castillo, elevado sobre las rocas. Junto a la fortaleza, en una plaza, se halla la iglesia parroquial de Santiago, del siglo XVI, que alberga en su interior valiosas muestras de orfebrería. Y, sobre todo, el cementerio de Nuestra Señora de la Piedad, un impresionante camposanto. Se recomienda llegar hasta el mirador de la Cruz de San Pedro, que ofrece amplias panorámicas sobre el embalse.